Converso con un compañero la iniciativa de Benedicto XVI de aumentar a tres los años de estudios de Filosofía, previos a pasar a la Sagrada Teología, que por ahora sigue en los mismos cursos.
Mi colega de diálogo me apunta qué tipo de filosofía será la que se estudie. Según él, ordenado en los años cincuenta, como se vuelva al tomismo clásico los futuros curas serán pocos, pero parcos conocedores de la filosofía vital y existencial que hoy se respira en la sociedad.
Aquí le respondo es donde está el error en el que ha caído mucha gente. Creemos que el vitalismo filosófico significa idolatrar la sociología, la estadistica, la antropología, olvidando la lógica, la metafisica y la cosmología.
Este absurdo vaivén ha llevado a muchos pastores a caer en el relativismo, que es la antesala de mandar la razón y la lógica al cuarto de las escobas.
Para evitar ese desmadre en la formación de los futuros curas, el Papa ha legislado un arreglo de la constitución que dinamiza los estudios eclesiasticos, subiendo un año los estudios filósoficos y orientando cuales deben ser las materias que entren más en el currículo académico de los candidatos a curas.
Para conocer un buen resumen sobre este asunto se puede pulsar aquí.
Aplaudo la decisión del Papa. Los chicos de hoy, en los institutos, estudian una filosofía de pacotilla, impartida por profesores de la generación de la Logse, sin base esencial humana y escribiendo hasta con faltas de ortografía.
Cuando alguno de estos alumnos desea, pasada la Selectividad, ingresar en el Seminario llega con menos de cero de contenidos filosóficos. Si en el centro de estudio, sea Facultad o Seminario asociado a la misma, no se le enseña a usar la razón más que el corazón, la lógica más que la sociología, resulta que saldrá siendo un cura sin saber razonar con la Sagrada Teologia, que es lo más enseñará al pueblo fiel, que busca un sacerdote coherente y nunca una caña movida por el viento del desierto de esta sociedad secularizada, relativista y laicista hasta el último tendón vital.
Yo deseo curas, presentes y futuros, coherentes, lógicos, entregados a la oración al Señor, al sacrificio de la misión intelectual y pastoral, sin miedos al rechazo social que aumenta a diario en cantidades industriales.
Es necesario un aumento de los estudios dedicados a la filosofía, no como una ampliación de las ciencias humanas, sino entendida en su núcleo central: la búsqueda de la verdad acompañada por una disciplina estructural como la lógica, en un periodo histórico en el que la razón está amenazada por el relativismo.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, por favor: Los actuales profesores de Filosofía
Blog del padre Tomás
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