La eclesiologia de la Puerta del Sol

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La historia española está llena de revoluciones románticas que derribaron monarquías, trayendo republicas. La primera sucumbió en once meses, La segunda duró seis años y acabó en una guerra civil con miles de muertos.

Ahora, así lo llama la prensa extranjera, la revolución de los “indignados” está en su momento más dulce. Han ganado el pulso a la Junta Electoral Central sobre la jornada de reflexión. Y el gobierno moribundo de un socialismo medio muerto incumple la ley dejando que una masa informe de gente joven acampen en la Puerta del Sol como sitio clave de toda España, proclamando las bases de un pensamiento comunista tercermundista, deseando llevarnos a ser un país al borde de cualquier futuro negro, que todos escribiremos con nuestro voto mañana domingo 22 de mayo.

La Iglesia, mejor dicho, una parte de la Iglesia se ha subido a la chepa de la revolución de los “indignados”, hablando de que algo nuevo nace en una primavera eclesial, donde no se encuentran los obispos en la cabeza; afirmando que en esta revolución está un cambio necesario, incluso para la forma de estar en los medios de comunicación; y sacando sus plumas las viejas glorias de la teología de la liberación, en cuyo interior está el esquema marxista de análisis de la realidad social y religiosa. La eclesiología de corte socialista y comunista está subiendo al carro de la victoria de esta revolución de los “indignados”.

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Esta revolución de los “indignados” ha mencionado varias veces en pancartas y en declaraciones públicas que desean “menos crucifijos y más puestos fijos”; han voceado una separación que ya existe entre el Estado y la Iglesia; y colectivos laicistas se han sumado sacando tajada metiendo la cuchara dentro de la gran perola a presión de la Puerta del Sol.

A mi parecer, esta revolución de los “indignados” en Madrid y la parte de la Iglesia que los bendice, apuntan a un acontecimientos eclesial que llevamos preparando desde hace años: las Jornadas Mundiales de la Juventud a celebrar el próximo mes de agosto, con la presencia del Papa Benedicto XVI, quien está siguiendo con serenidad y oración la pronta solución de este callejón sin salida que es la Puerta del Sol madrileña.

¿Se imaginan, amigos lectores, un boicot similar en las calles de la capital de España en vísperas de tan importante reunión mundial de jóvenes del mundo entero?. ¿Consideran que un gobierno inútil y no cumplidor de la ley podría hacer algo para evitar ese tapón contra la JMJ?. ¿Podrían tener lugar todos los actos previstos en el programa, por ejemplo, el magno Vía Crucis con imágenes procedentes desde diversos puntos de España?.

La parte de la Iglesia que está apoyando esta revolución de los “indignados” debe aclarar su papel. O se está con Pedro y sus sucesores, o con los revolucionarios de la teología de la liberación. O se pone una vela solamente a Dios, y ninguna a nadie más, ya que no se puede servir a dos señores.

Esta es mi reflexión en esta jornada de reflexión atípica, llena de gente que se ríe de la ley electoral y del Tribunal que la interpreta. Ruego al Señor que mañana domingo que con nuestro voto dejemos claro lo que queremos, respetemos a los revolucionarios de la “indignación” acunados entre los cartones y plásticos donde ahora viven. Y cuando despierten observen que solamente dentro del sistema democrático es donde se puede cambiar las dolencias de una democracia que tiene más de treinta años.

Tomás de la Torre Lendínez

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Vean, por favor, el siguiente vídeo:

Benedicto XVI, primer papa que se conecta con el espacio

Blog del padre Tomás

http://fotolog.miarroba.es/marianojv/

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