La doble vida en España

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Lo han conseguido. El zapaterismo andante y reinante ya tiene su ley del aborto. En este día deseo subrayar la doble vida moral que impone una ley como ésta.

Esa doble vida comienza en el jefe de gobierno que, cuando se está votando en España la legalización de la muerte de los inocentes en el seno materno, él está en Ginebra dando lecciones de moral de estadista sosteniendo que nadie puede quitarle la vida a nadie, lo que supone que se debe quitar la pena de muerte en las democracias, pero nunca en las dictaduras como es la cubana. En España por seis votos ha salido adelante una ley que legaliza un asesinato de un ser vivo, da igual que tenga semanas, meses, que equis largos años de vida.

Esa doble vida comienza en los parlamentarios que han votado la ley. Los que ha apoyado la ley tendrán que atenerse a lo que su conciencia les diga de ahora en adelante. Y los que dicen que son cristianos deberán atenerse a la doctrina que la Iglesia sostiene en estos casos. Todo esto es así de claro. Los que están muy incómodos son los socialistas del sector cristiano, desde los más altos a los más bajos en los cargos que ostenta, porque deben entender que nunca el circulo puede ser hacerse un cuadrado.

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Esa doble vida comienza en los parlamentarios que han votado en contra de la ley. Ahora han hecho lo que su conciencia y su libertad y la disciplina de su partido les han dicho. Pero a partir de ahora deben demostrar lo que son: unos incoherentes si llegan al poder y no derogan la ley zapaterista. O unos consecuentes y cortan en raiz esta ley del aborto, ventana por la que caerán miles de seres inocentes sacados “legalmente” de los vientres maternos.

Esa doble vida comienza en los medios de comunicación que deben buscar un sitio de defensa de la vida humana clara y contundentemente. De lo contrario, ya sabremos que su mercancía está averiada.

Esa doble vida comienza en los profesionales de la medicina y de la farmacia que deben ser valientes para hacer uso de la objeción de conciencia si de veras están convencidos que este petardo de ley solamente sirve como un simple medio de contraconcepción.

Esa doble vida comienza en las familias, en los centros de estudios, en los profesores y maestros, porque, de ahora en adelante, sabremos quien es quien y quien es capaz de jugarse el tipo cuando se pronuncie a favor de la ley o en contra de ella.

Personalmente, me he levantado con una conciencia muy clara: Estoy totalmente en contra de esta ley y de la que había hasta ahora. Creo que la mejor ley de aborto es ninguna, porque la vida la tenemos los cristianos como administradores de ella, no somos los dueños, y estoy convencido de que algún día tendremos que oír aquellas palabras de Dios a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel?. ¿Qué responderemos?. Yo no soy guardián de mi hermano. Pues sí lo somos.

Tomás de la Torre Lendínez

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