La despedida de los flageladores

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En el parlamento español varios están diciendo me voy o me han dicho que me vaya. Son ciertos miembros del partido socialista, quienes estos días están recogiendo sus pertenencias y andan despidiéndose hasta de los leones de la puerta.

Uno de ellos, llamado Álvaro Cuesta, lleva sentado en un escaño desde 1982. Tras treinta años, llega la retirada obligada por el partido. Este diputado era el látigo contra la Iglesia en dos sectores: en lo que él llamaba la “sobrefinanciación” de la Iglesia; y en el avance de la laicidad del Estado.

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En el primer caso, durante años, gobernase el PP e incluso en los primeros ejercicios del PSOE, presentaba una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado para acabar con lo que entendía como ‘sobrefinanciación’ de la Iglesia, pues subrayaba que el dinero que se adelanta a la Iglesia en concepto de la asignación del IRPF superaba lo que finalmente se recaudaba. Dejó de intentarlo en 2006, habida cuenta de que el Gobierno de Zapatero había desestimado la idea.

En el segundo aspecto, la laicidad del Estado ha estado siempre en todos los debates. Parecía que defendía una sana y leal laicidad mantenida por el mismo Papa Benedicto XVI, consistente en una relación de colaboración entre la Iglesia y el Estado en los aspectos necesarios, y de respeto mutuo en sus respectivas esferas de existencia. Manteniendo la aconfesionalidad impresa en la Constitución de España.

Luego, descubrimos que no era así el asunto, los hechos reales y las leyes aprobadas en las Cortes eran implantar el rodillo de un rampante y montaraz laicismo contra la moral y la doctrina de la Iglesia Católica, deseando que los cristianos nos recluyéramos en la sacristía viviendo privadamente nuestra Religión.

Cuando, ahora, se marcha este diputado sigue, nostálgicamente, impulsando que sus ideas deben ser heredadas por sus sucesores. Es posible que encuentre eco en algunos miembros del partido socialista. Pero de los avisados, nacen los escarmentados, nos dice el refrán español. Deseo que este partido no tropiece tantas veces en la misma piedra.

Le deseo que descanse el señor Álvaro Cuesta y se tome la vida más tranquila. Ahora tendrá tiempo para escribir, si sabe hacerlo, sus memorias, o que se busque a alguien que se las haga al dictado.

Verá, este señor y otros similares, que la Iglesia Católica sigue y seguirá viva y pujante a pesar de los latigazos recibidos en la etapa que acaba. Los cristianos, como sabemos perdonar, le olvidamos todas sus meteduras de patas, y rezamos para que dejen de confundirnos como enemigos suyos. No lo somos de nadie.

Para saber más haga clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez

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Adivinanza

Benedicto XVI parte hoy hasta Alemania, donde tendrá una apretada agenda de visitas, discursos, encuentros y diálogos. Todo será transmitido por una cadena de radio española. ¿Sabrían decir el nombre de esa cadena radiofónica?

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Lean, si les apetece:

Un cura español al frente de la economía del Vaticano

Blog del padre Tomás

http://tomas-de.blogspot.com/2011/09/un-cura-espanol-al-frente-de-la.html

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