| 09 febrero, 2017
Gracias a mis padres, maestros de la escuela y profesores del seminario y la universidad, he sido educado en que la Virgen es la Estrella de la mañana.
En la letanía del Rosario se repite: Estrella matutina.
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La advocación de la Virgen de la Estrella está muy extendida en sentimiento religioso católico de España, la tierra de María Santísima como nos llamó San Juan Pablo II.
Nadie nos puede quitar llamar Estrella a María, madre de Dios y madre nuestra.
Cualquier frase ofensiva en torno a esta advocación está de sobra, la diga quien la diga.
De Maria nunquam satis. De María, nunca se dirá suficiente.