En la Iglesia Católica parece que no está todo inventado a nivel de la práctica pastoral, porque el Espíritu Santo siempre alienta y orienta por donde deben ir los diversos planes pastorales que nacen dentro de las Conferencias Episcopales, donde beben más tarde los planes diocesanos pastorales. Hasta aquí es el sentido cómo ha ido la Iglesia durante los últimos cincuenta años. Pero, ahora no, se pretende hacer otro camino más complicado y plagiado, deseando entender que la sociología, las necesidades pastorales, y los interrogantes humanos son los mismos en Alaska, en la Patagonia, en Suecia, en Sudáfrica, en India, en Australia…y con esa fórmula la acción pastoral debe ser la misma en todas partes del planeta. Asisto estos días a unos cambios que me llevan a esta pregunta: ¿Estamos bien de la cabeza, o por imitar lo de otros, la hemos perdido del todo? Tuvimos que asumir la influencia “luterana” que nos llevó a una liturgia nacida del Concilio Vaticano II. Enterramos la Acción Católica dentro de la cual miles de católicos españoles llegaron a los altares durante la década de los años treinta del siglo pasado. Murieron, o casi lo están, los Cursillos de Cristiandad, un invento netamente español. A las cofradías se les volvieron las espaldas, hasta que a mitad de los años ochenta por la influencia de un puñado de locos, los obispos españoles legislaron para “despolitizar” nuestras hermandades acogidas a la sombra de algunas siglas políticas. Las catequesis dejaron el camino de las “experiencias” para volver a encontrar sus raíces en el conocimiento de la doctrina cristiana explicada, asumida y memorizada por los niños y jóvenes… Ahora se fomenta una nueva evangelización, cuyas raíces tienen un “luteranismo” descarado en sus orígenes y métodos, cuyos promotores no esconden esta realidad palpable y demostrable, siendo tan tontos que ellos mismos se enorgullecen de esas cunas tan lejanas del catolicismo. Ahora, rizando el rizo, exportan gentes de allende los mares y los ponen como agentes áulicos de los pensadores de los planes pastorales diocesanos, e incluso algunos obispos los colocan en la mitad de sus gobiernos para que adoctrinen a sus colaboradores más directos. ¿Estamos bien de la cabeza?. Creo que no. La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica; pero no es un escuadrón cuartelero firme en el ademán al grito del capitán de jornada. Ni mucho menos. Cuando en España se pierde el ingenio pastoral y se camina al plagio pastoral, hemos perdido totalmente la cabeza. Tomás de la Torre Lendínez
Ingenio pastoral, nunca plagio pastoral
| 08 junio, 2015
«exportan gentes de allende los mares y los ponen como agentes áulicos de los pensadores de los planes pastorales diocesanos, e incluso algunos obispos los colocan en la mitad de sus gobiernos para que adoctrinen a sus colaboradores más directos.»
Interesante análisis, sobre todo lo que dice de la influencia luterana en la liturgia renovada Pero ¿puedo preguntar a qué o quién se refiere en el párrafo entrecomillado?