Trabajo a diario en una localidad de la provincia de Jaén que tiene el más alto número de feriantes de toda esta tierra. Es muy importante conocer la psicología y la sociología de estas familias, que cuando llega la primavera toman sus carromatos y, de feria en feria, van llevando sus productos o sus cacharros de diversión hasta que llegan los días finales del otoño, que vuelven a sus hogares.
Los hijos de los feriantes tienen una adaptación curricular en el centro de estudio donde están matriculados. Pastoralmente, también, reciben unas atenciones especiales que propician que no rompan su vínculo cristiano con la comunidad donde están enclavados durante la mitad del año.
La Iglesia, desde el Vaticano, tiene un organismo que atiende a estas familias. El pasado sábado se celebró en Mónaco una jornada a favor de la pastoral con los hombres y mujeres de los circos, que vagan por el mundo llevando sus atracciones festivas.
Quien desee conocer la opinión del organismo romano correspondiente, puede pulsar aquí.
De todo extraigo dos conclusiones:
1.- La Iglesia se siente responsable de este sector de personas, que hacen profesión de sus vidas el caminar por las ferias llevando alegría, arte, deporte, risa y todos los elementos que produce el arte circense.
3.- Somos, también, los sacerdotes y los laicos preparados, quienes debemos atender pastoralmente a esta larga fila de personas, que como los caracoles, llevan la casa a cuestas durante el tiempo de las ferias de los pueblos españoles.
Una vez más, la Iglesia, Madre y Maestra, está al lado de todos sus hijos y pone para ellos los instrumentos pastorales y las personas aptas para llevar el calor de la familia de los hijos de Dios a todos los feriantes, desde los sencillos a los más especialistas en el mundo del circo, que es una escuela de arte y virtudes humanas y cristianas.
A nivel personal trato de acompañar a los alumnos hijos de feriantes en su integración en el curso comenzado, procurando que nunca se sientan extraños entre los iguales del mismo pueblo donde habitan.
Invito a rezar por este importante mundo, bastante desconocido para mucha gente que pasan por las ferias para divertirse y nada más. Los feriantes cristianos necesitan el abrazo de la Iglesia, porque son hijos de ella.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, por favor:
Ayer vi. Lágrimas en la lluvia
Blog del padre Tomás
http://hal2.blogcindario.com/2011/04/00070-ayer-vi-lagrimas-en-la-lluvia.html
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