Al salir en dos blogs todos los días con un artículo diverso conlleva experiencias muy interesantes, que son las que cuento de una u otra forma.
Existen otras situaciones no tan agradables. Es cuando llueve una banda de pájaros ladrones a comerse el trigo y sembrar la cizaña como sea.
Abundan los desaprensivos, aparecen los desanimados, llegan los analfabetos, nacen los sabeores, pasean los orgullosos, están los enfermos.
Tras varios años en este mundo del ciberespacio puedo afirmar que el Troll es un enfermo. De soledad, de inmadurez, de soberbia, de hipocresía… De una letanía de situaciones inexplicables para el protagonista, pero que los espectadores observamos con una lucidez aplastante.
Un lector, arrepentido de su pecado de Troll, ha enviado el siguiente mensaje a mi cuenta de correo electrónico:
¿Quiere saber la razón de mi conversión?
En la empresa donde trabajo han formateado los discos duros de varios ordenadores. Uno de ellos se les olvidó hacerlo a los de informática. Cual fue mi sorpresa que era desde el que yo me revestía de diversos personajes y practicaba el oficio de Troll. He sido llamado a la dirección de personal donde me han colocado entre la espada y la pared al lado de una ventana por la que me han dicho que iría en caso de seguir con este vicio tan rastrero y cobarde atacando por la espalda y el anonimato.
Así pues, don Tomás, le pido perdón por los malos ratos que le hecho pasar, y le ruego publique esta misiva salvando mi nombre propio y mis motes, para no verme reconocido nada más que por usted.
Desde ahora con otro sobrenombre me mostraré positivo, constructivo y leal. Cuando discrepe lo haré con educación sin faltar a nadie de los lectores amigos que acuden a leer lo que usted cuelgue en sus blogs.”
No te preocupes, amigo ex Troll, te perdono de corazón sincero. Comprendo tus vaivenes personales que cuentas en tu mensaje. Te recomiendo que pongas en paz tu alma ante Dios, una vez que lo has hecho ante los lectores de este Blog El Olivo.
Recibe un sincero abrazo, y cuenta con mis oraciones diarias para que superes tus situaciones personales y familiares.
Un amigo
Tomás de la Torre Lendínez