Articulo publicado hoy en el Diario Ideal, edicion de Jaén, página 33 En la Iglesia Católica siempre han existido grupos valientes, esforzados, conquistadores de metas altas, merecedores de alabanzas, dignos de pasar a la historia local con letras grandes y de ser imitados por las actuales y futuras generaciones. Uno de estos grupos en la geografía diocesana son los eufrasianos, es decir, todas aquellas personas que se han dejado lo mejor de sus vidas en extender, sembrar, y enseñar la figura de San Eufrasio, primer obispo de Jaén, patrón de Andujar y de la diócesis del Santo Reino. El término eufrasiano fue acuñado en la ciudad iliturgitana, dentro de la Hermandad de San Eufrasio, la cual desde anoche posee un templo de nueva planta, gracias a la colaboración de muchas manos, algunas ya en el cielo, como don Agustín Lainez el cura fundador de la cofradía eufrasiana. He sido testigo cercano a las aventuras y desventuras de ese nuevo templo para la localidad de Andújar. Estuve en aquella primera piedra, en una tarde lloviznosa, donde uno buscaba una escalera para subir en el escalafón y cuando lo alcanzó se olvidó de todo para siempre. Pregoné las fiestas de San Eufrasio bendito en la primavera del año 2003. Viajé hasta la tumba de San Eufrasio en el Valle del Mao, junto a don Agustín y don Fernando Gallardo, quienes en paz descansen, buscando con las autoridades locales de los municipios respectivos, andaluz y gallego, el punto de hermandad ante el sepulcro de San Eufrasio. Los eufrasianos de Andújar son gente leal con sus amigos, los saben conservar, son hidalgos caballeros a la hora de abrirte los brazos, son luchadores pese a las dificultades encontradas, son mártires de la verdad y del compromiso con su parroquia de San Eufrasio, ahora ya tienen un templo definitivo, unos salones parroquiales y unas dependencias pastorales, que tanto deseaban y necesarias eran para salir del salón precario comercial donde han vivido durante largos años. La misma ciudad de Andujar debe estar orgullosa porque su patrón tiene un templo digno, y la actual comunidad parroquial con su cura al frente tienen ahora el reto de seguir siendo eufrasianos vivos, imitadores del obispo mártir, quien derramó su sangre por Cristo para que sirviera como semilla de nuevos cristianos. Tiempos corren ahora exigentes para todos los cristianos españoles. Los vecinos de Andújar no son una isla perdida entre mares bravíos. Es ciudad quieta y asentada junto al Guadalquivir por donde han pasado muchos acontecimientos de hondo compromiso histórico y religioso. Ahora la iglesia parroquial de San Eufrasio debe ser recinto de valientes eufrasianos que encaren con valor los riesgos y asechanzas, que nos ponen a los cristianos los sucesores de los perseguidores de San Eufrasio y su comunidad. Tomás de la Torre Lendinez
Eufrasianos
| 17 mayo, 2015
Hace un par de días comentaba con algunos familiares de Ibros(Jaén)lo que usted había escrito sobre S.Eufrasio y Andújar… Acabaron explicándome su amor por la Virgen de la Cabeza y las romerías que hacían en el pueblo.(Mi consuegra y su hermanos son de Ibros)
Un abrazo,don Tomás.