En la muerte del «cardenal Unciti»

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Volvemos la vista atrás. Mes de febrero de 1987. La fecha habitual en la que los delegados diocesanos de medios de comunicación social, nos reunimos en Madrid. En el programa venía una mesa redonda sobre cómo informar de los acontecimientos misioneros ad gentes, es decir, cómo nuestros fieles deben conocer las noticias de los países de misión y les importan y les comprometen con el mundo de los misioneros fuera de las fronteras diocesanas y nacionales. En la mesa redonda estaba un sacerdote y periodista llamado Manuel de Unciti, quien ayer falleció en Madrid, hombre conocedor de la información y del mundo de las misiones al haber dirigido las revistas Illuminare y Pueblos del Tercer Mundo. Me sitúo en el salón de trabajo, junto a un barbilampiño sacerdote vestido con su selecto clerigman, quien me saluda atento, y me informa que estaría en la mesa redonda el «cardenal Unciti». Me quedé de piedra ante la afirmación. Le pregunto: -¿Estas de broma? Responde: -Ni mucho menos, lo pone el programa de la asamblea. Acudo al programa y veo anunciado el nombre de Manuel de Unciti, junto a otros más. Pregunto a mi interlocutor: -¿A cuantas asambleas has acudido? El joven cura contesta: -Esta es la primera. Detrás oigo una risa socarrona que me conozco perfectamente. Es el delegado de Murcia, quien le había endosado el cuento al novato de que Unciti era cardenal italiano por su apellido acabado en i latina. Saqué de su embolado al joven compañero. Le hablé de quien era Manuel de Unciti en la Iglesia española de aquellos años. Todo acabó en sonrisas sin más. Cuando ahora conozco su muerte de este maestro de periodistas y de curas aficionados al periodismo, como quien firma estas líneas, ruego al Señor por el eterno descanso del alma de Manuel de Unciti, hombre probado hasta la saciedad en su vida sacerdotal y periodistica, a quien Dios le pague lo mucho que ha hecho por la Iglesia Católica, cuando algunos insignes le negaron el pan y la sal. Ruego una oración por su alma de este buen cura vasco que creía y lo cumplió con creces que la comunicación en la Iglesia es una asignatura básica y constante. Decansa en paz, amigo y maestro. Tomás de la Torre Lendínez

Comentarios
0 comentarios en “En la muerte del «cardenal Unciti»
  1. Supongo que Unciti estará rezando al Señor por los que aún, andamos, amigo Caminant, por este valla de lágrimas esperando llegar a la Casa del Padre.

  2. Me quiero imaginar al P.Unciti discutiendo sobre literatura con S.Lucas…
    Y Pido por su alma y que ahora nos sirva de mediador a los que,sin ser periodistas o siéndolo,emborronamos folios con ilusión y procurando que el Señor sea santificado.
    Un abrazo,don Tomás.

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