El Papa Benedicto XVI no dimite

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Benedicto XVI tiene unos dones personales que los expresa cuando escribe sus homilías, cortas, cordiales, patrísticas, bíblicas, paternales, teológicas y litúrgicas.

La homilía de ayer, en la ceremonia de la creación de los nuevos cardenales, es una pieza maestra donde no falta nada y está todo. El título de la misma es clave:

“La lógica del cristiano es el amor y el servicio, no el poder y la gloria”

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Cuando se lee lentamente, se saborea, la doctrina de un Papa teólogo, pero padre, pastor, pero servidor.

Una frase deseo destacar del final de la homilía:

“Y pedid también por mí, para que pueda ofrecer siempre al Pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia.”

Con esta afirmación el Papa no contempla dimitir como algunos medios sensacionalistas han divulgado en los últimos días.

La prensa de rapiña desea contar una historia que nadie ha visto en los últimos siglos: la dimisión de un Papa por motivos de salud, por ejemplo.

Los tantanes de las tribus informativas hablan de un final de pontificado, dada la edad de 85 años de Benedicto XVI, cuando ninguno sabe ni el día ni la hora de abandonar este mundo ni de un Papa ni de nadie; otros dibujan una Curia romana donde todos luchan por el poder y la gloria humana que la homilía de ayer señalaba con el dedo de Pedro hablando por la boca de Benedicto XVI, e invitando al amor y al servicio de la Iglesia.

Todos los medios de comunicación se quedarán con dos palmos de narices. El Papa Benedicto, como todos sus antecesores, dejará este mundo cuando el Señor lo disponga así, sin dar el gusto a la prensa carroñera de una dimisión en el horizonte.

Por eso la frase que yo destaco, donde el Papa pide que se rece por él para que tenga firmeza para el dirigir el timón de la Iglesia, me parece que despeja a la basura a las tertulias absurdas de todos los contubernios informativos vivientes en la Ciudad Eterna.

Quien desee conocer la homilía completa haga clic aquí.

Desde aquí invito a todos los amigos lectores a elevar una ferviente plegaria al Señor por el actual sucesor de Pedro, Benedicto XVI, para que siga al frente de la Iglesia hasta que la Providencia divina lo disponga.

Tomás de la Torre Lendínez

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