El padre Bru ha sido amenazado de muerte

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Me ha llamado un amigo para indicarme lo que leen ustedes en el título: El padre Bru ha sido amenazado de muerte. Veanlo por sí mismos, está en su blog de cope.es. Corresponde al pasado dia 4. Dice así:

• diosesprovidente Dice:
4-6-2009 @ 19:08
No entiendo que tiene que ver la descripción de la Iglesia, por otra parte intachable, con esas acusaciones sobre las propuestas hechas a un comunicador por una empresa, que son tan dignas y tan legales, tan normales y tan naturales, como cualquier otro tipo de propuesta (que yo sepa aquí nadie se ha cargado a nadie, aunque yo ya he recibido amenazas de muerte por quienes piensan igual que ustedes). No lo entiendo. Y menos entiendo que tiene esto que ver con lo que yo cuento en mi blog, pero esa es la historia de siempre.
• Fandor Dice:
4-6-2009 @ 19:57
A mí estos dobles sentidos, estas segundas intenciones, no me gustan nada en un sacerdote de la Iglesia. Si usted quiere hablar de Federico, ¡hágalo!, pero no lo embadurne con argumentos teológicos.

Comprenda, D. Manuel Mª, que para muchos católicos, oyentes de “La Mañana” no nos son gratas las últimas noticias. No es que crea que Federico es un santo. Se equivocará cien mil veces, como todos (¡Cómo no hacerlo en 6 horas diarias de emisión en directo!). Tampoco creo que tenga nadie que eternizarse en antena pero, tal como están las cosas, no me parece que fuera el momento oportuno para el relevo. Así que no veo los motivos para tomar tal decisión. Salidas de tono y desmanes, los podemos encontrar en otros programas. A cierto colaborador le escuché decir una vez: “¿Es que en esta casa no cagan?” Y lo decía por los obispos, con toda la intención. ¡Caramba si se llega a escuchar semejante cosa en “La Mañana”! ¿No cree?
Dicho sea con todo mi respeto hacia usted como sacerdote, pero así es como veo las cosas.

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Por nuestra parte deseamos dar a conocer una situación que seguramente no es conocida por la mayoría de los lectores de El Olivo, que, ahora, serán los que saquen sus propias conclusiones.

Tomás de la Torre Lendínez

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