El «cardenal» Castillo y sus «mesianistas»

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En la vida de la Iglesia Católica, dos mil años y pico nos contemplan, ha habido etapas conocidas como «mesianistas». Era el momento en que surgían grupos de apoyo al sucesor de Pedro, bien para defenderlo de «familias» romanas ávidas de poder usando todos los medios posibles; bien para apoderarse de su voluntad para que gobernara de una manera concreta la política de los Estados Pontificios; bien para que los Estados Católicos dirigieran la acción papal hacia la lucha contra la morisma; bien para que el pensamiento de unos fuera quien se apoderara de la mente papal y hablara y escribiera al dictado de tales personajes. Aquí estamos, ahora mismo, en ese grupo que ha nacido, donde juega un papel esencial José María Castillo y sus palmeros de Religión Digital, quienes se ufanan por ser voceros oficiales, en lengua castellana, de ese grupo de presión que en castellano se llama «El Cenáculo del Papa Francisco», donde, dice Castillo existen tres cardenales, obispos, profesores, periodistas, gentes en general… El «cardenal» Castillo comienza su perorata citando nada menos que al padre de la «teología política» J.B. Mezt, cuando dejó escrito: «La fe dogmática o confesional es el compromiso con determinadas doctrinas que pueden y deben entenderse como fórmulas rememorativas de una reprimida, indomeñada, subversiva y peligrosa memoria de la humanidad. El criterio de su genuino carácter cristiano es la peligrosidad crítica y liberadora, y al mismo tiempo redentora, con la que actualizan el mensaje recordado, de suerte que «los hombres se asusten de él y, no obstante, sean avasallados por su fuerza». Con este párrafo sobran los comentarios. El «cardenal» Castillo apunta los fines del grupo creado que son los siguientes: «Dos cosas: primero, defender el papado y, en concreto ahora, al actual obispo de Roma, el papa Francisco; segundo, difundir su pensamiento, su idea de la Iglesia, su teología del pueblo y para el pueblo, su sensibilidad evangélica y su cercanía a toda clase de gentes, sean cuales sean sus ideas o creencias». ¿Vemos que estamos en una etapa masianista? Tras la eclesiología nacida del Concilio Vaticano II, tras el Catecismo de la Iglesia Católica, los grupos de defensa física, intelectual, mental, de los papas pasaron a la historia, porque la Iglesia fue concebida como el Pueblo de Dios, donde lo importante es la unidad y la comunión con el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo en la tierra, nunca los mesianistas deben reaparecer, porque entonces estamos restando en vez de sumando, estamos entrando en banderías intelectuales, minadas de la «teología política» de Mezt, que ya hicieron mucho daño a lo largo de la historia de la Iglesia, incluso desde las comunidades paulinas en Corinto, donde unos seguían a Apolo, otros a Cefas, otros a Pablo, cuando al único que debemos seguir todos a Jesús, el Salvador del mundo. ¿Por que no se prohíben tales grupos mesianistas? Porque satisfacen a los miembros cercanos al sucesor de Pedro, quien debía ser el primero en cortar con estos alambres de enchufismo intelectual y moral. Porque ningún sucesor de Pedro necesita defensa en estos tiempos, para eso está la Guardia Suiza y sus aparatos operativos. Fuente: http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2015/02/15/il-cenacolo-di-papa-francesco-religion-iglesia-francisco-papa-castillo-kasper-coccopalmiero-apoyo-reformas.shtml Tomás de la Torre Lendínez

Comentarios
0 comentarios en “El «cardenal» Castillo y sus «mesianistas»
  1. Preparado estará muy preparado, pero malintencionado lo esta mas. Como otros teólogos disidentes vive de criticar a la Iglesia, buscando para si un protagonismo total. Amigos así no necesita el Papa

  2. Apena ver como gente preparada como Castillo dediquen sus esfuerzos a estos mesianismos o desvíos directamente de la doctrina de la Iglesia.
    Cuando dice «difundir su pensamiento» refiriendose al Papa Francisco es como si el Papa tuviese un criterio de fe distinto y mejor que el de la Iglesia. Mal servicio al cristianismo hace Castillo. Si algo ha de hacer la Iglesia,que ha de hacerlo,es acercarse más y más cada día a la Iglesia que sigue el Evangelio y al propio Cristo. Un abrazo,don Tomás.

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