El cainísmo español sale a pasear ante Merkel

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica envía una carta a la canciller para que aproveche su visita a España para saldar la deuda histórica por los crímenes de la legión Cóndor. La carta explica la visión de las víctimas de la historia de la participación alemana en el apoyo al golpe: «Se trató de una agresión contra un Estado soberano que en febrero de 1936 había elegido en unas elecciones democráticas, con sufragio universal masculino y femenino, a su Gobierno.» La división entre españoles implantada en España con la filosofía de la ley de memoria histórica no pierde ocasión de sacar a pasear el cainísmo, aunque sea aprovechando que la canciller alemana hace el Camino de Santiago, visita su catedral y tiene una reunión de trabajo con el presidente del gobierno español, que es el culpable que siga existiendo en pie la dichosa ley levantadora de odios escondidos hace muchos años. ¿Por qué no volvemos la oración por pasiva?. Hacemos el siguiente enunciado: la parte que fue Alemania Oriental, ¿por qué no pide perdón al resto de alemanes por haberlos espiado, encarcelado y matado durante los largos años de la guerra fría y la existencia del Muro de la Verguenza?. Lo hicieron y muy bien durante los primeros meses de la reunificación. Ya después no tienen que repetir semejante reconciliación. Lean, amigos, el Libro Negro del Comunismo, y conocerán con lujo de detalle todo lo que los comunistas españoles ignoran a caso hecho silbando y mirando para otro lado. Los países serios y responsables, como es Alemania en estas fechas, no tienen a ningún iluminado elegido para que legisle levantando recelos, odios entre la convivencia ciudadana. En España se hizo el consenso de la Transición donde los españoles de un bando y otro olvidaron rencillas y enfrentamientos, hasta que un visionario deseó ganar la guerra desde las páginas del Boletín Oficial del Estado. Y lo hizo. Y otros siguen manteniendo esa absurda ley. Y, en ese apoyo, nace esa carta dirigida a la señora Merkel, que es absurda y propia de una mentalidad revanchista y producto de una minoría de edad cultural de un pueblo que aún no ha llegado a comprender que los pecados de los bisabuelos, abuelos y padres no tienen que pagarlos los descendientes, máxime cuando el perdón llegó cuando en las Cortes Constituyentes se sentaron diputados de un bando y otro de una guerra incivil, que debía estar solamente en los libros de historia. Aquellos constituyentes hicieron la actual Carta Magna. ¿Para qué remover más el pasado fantasmal?. Esto solamente conduce a la inestabilidad psiquica personal y colectiva. Pero esto ya es otro tema. Tomás de la Torre Lendínez