Ébola: Iglesia y masonería

Durante el siglo XIX los brotes de anticlericalismo en España fueron feroces, sangrientos, expropiadores, exclaustradores y mortales. Las diversas epidemias de cólera morbo que asolaron las tierras españolas dejaron muchas victimas. La masonería, siempre activa contra la institutición eclesial, se encargaba de acusar a la Iglesia Católica de estar tras las etapas coléricas, como causante de las mismas. Los lemas acusatorios iban por estos caminos: los frailes envenenaban los pozos de consumo humano, que poseían dentro de sus conventos; las fuentes públicas eran infectadas por las aguas pútridas que salían de los monasterios llenos de religiosos y religiosas….las iras del populacho contra los clérigos regulares y diocesanos llegaban a afirmar que los caramelos que algunos curas regalaban a los niños estaban envenenados. Los más sacrílegos sostenían que las propias formas que se consagraban y daban a los fieles estaban llenas de bacterias. Toda esta propaganda se cocía en las logias masónicas, cuyos propagandistas tenían un altísimo poder de engañar a una masa analfabeta que se tomaba todo al pie de la letra y asaltaba con el fuego devorador conventos e iglesias. La apoteosis llegó el 11 de mayo de 1931, cuando las turbas incendiaron lo que les dió la gana y nadie tomó cartas en el asunto. Con el ébola, el pasado agosto, las logias masónicas que estaban de guardia, arrearon palos contra los dos hijos de San Juan de Dios que vinieron y murieron dignamente tratados por la sanidad pública española. Pasado el periodo estival conocemos que una auxiliar de clínica que los trató ha cogido el virus dichoso, encontrándose en trámite de curación dentro del hospital Carlos III de Madrid. Desde anoche y todo el día de hoy, las emisoras de radio y los canales televisivos, donde la masonería tiene su asiento en las redacciones y en los tertulianos de turno, emiten bilis estomacales y hepáticas contra la Iglesia Católica, causante, una vez más, de que la epidemia de ébola haya llegado hasta Europa, cuyos países están montando unos remolinos de cuentos y chismes y alarmando a la población de un modo delineado en las logias de la masonería. Volvemos a repetir la historia desgraciadamente. La frase más escuchada es: ¿Qué motivos hubo para traerse a los misioneros de San Juan de Dios a morir a España, por qué no se quedaron donde estaban en las tierras africanas?. En una tertulia de esta tarde estaba un hombre sensato que ha dicho: ¿Si en vez de misioneros religiosos, hubieran sido cooperantes laicos y laicistas de alguna organización no gubernamental, se los hubiera traído a España, o se les hubiera dejado morir en su puesto de servicio africano?. Los presentes, entre ellos el moderador, han dado la callada por respuesta. Salvo un suicida que ha dicho que sí se los hubiera traído, porque son cooperantes humanos, pero los frailes hacen voto de quedarse donde están. Menuda argumentación. Son españoles de primera los cooperantes y de segunda los religiosos de San Juan de Dios. Las logias están frotándose las manos. Los palos dados a la Iglesia les sube la moral anticlerical y ganan más adeptos para sus objetivos de anular la Religión Católica del paisaje de España y de Europa entera. Y así, palos vienen, palos van, hasta que el muñeco cante y es de goma. Recomendación Ruego que lean la nueva novela y el ensayo. Novela: Blancas y negras Ensayo: Ensayo sobre la obediencia en la Iglesia http://marianojv.esy.es//novela.html Tomás de la Torre Lendínez