
La historia del pensamiento humano está llena de diálogos entre seres humanos. La riqueza de la conversación lleva a descubrir la verdad que cada persona tiene, que sumada produce un acercamiento mayor clarificar la verdad.
Hubo, años atrás, que los católicos no se acercaban hablar con gentes ateas, y si eran filósofos comunistas, parecía como hablar con el demonio. Tuvieron que llegar los años del Concilio Vaticano II para que la Iglesia valorara el hondo compromiso del diálogo con el mundo de hoy, recomendando a los católicos que la conversación humana tiene un altísimo valor para descubrir lo que nos une y detectar lo que nos separa.
Juan Manuel de Prada y el filósofo marxista Santiago Alba Rico han mantenido un diálogo largo, publicado en el diario ABC en el cuadernillo Cultural.
He disfrutado mucho con el intercambio del contenido entre uno y otro de los contendientes. Bajo mi punto de vista extraigo las siguientes conclusiones:
1.- Es la primera vez que encuentro a un marxista que reconoce el desván de muertos del propio marxismo sobre sus correligionarios.
2.- Veo a Juan Manuel en su equilibrio intelectual siempre opuesto al encasillamiento de su pensamiento con el liberalismo, tan nefasto y presente en muchos católicos de hoy.
3.- Considero que Alba Rico tiene una gran preparación intelectual, tanto en el campo de la religiosidad con minúscula, como en el nivel de cercanía en los puntos tangenciales con la fe católica, que lo diferencian de los marxistas que conocí en mis años universitarios, plagados de lugares comunes, y de los comunistas de hoy que han bebido petróleo caribeño en vez de filosofía marxista sin pasar por ningún filtro idolátrico.
4.- Esta publicación de ABC ha sido objeto de crítica, hoy, día 13 de febrero, en la emisora de esRadio, donde yace la cuna más pregonada del liberalismo político y económico de estas fechas. Claro la crítica ha sido quedarse en el titular del diario madrileño, sin haber leído el texto completo de la conversación.
5.- A ambos pensadores, más cercanos de lo que piensan, como observador imparcial, les recomiendo sigan esos encuentros porque cada uno tiene una parte de la verdad, y compartirla es la mejor gimnasia intelectual, práctica que nadie hace hoy ni en la prensa, ni la radio, y menos en televisión.
Conclusión
Es bueno recuperar estos encuentros entre intelectuales, porque el desierto eclesial en este campo es cada vez más extenso y difuso, pero que sería necesario provocarlo más veces. Lástima que programas televisivos de esta altura de sabios se fueran para siempre.
Quien desee leer este diálogo haga clic en el siguiente enlace:
En cuanto al diálogo con las izquierdas se puede resumir en lo siguiente: ni una sola ley favorable a los católicos Dialogar con los comunistas, ( y me acuerdo de aquellas novelas de Don Camilo y Pepone en las que se nos animaba a ver con buenos ojos a los comunistas) sólo ha servido para perder el tiempo y, como digo, nada favorable para nosotros. No recuerdo ningún pasaje de los Evangelios – por que no lo hay- en el que Cristo nos diga que dialoguemos con los paganos.
Padre, la censura no es buena créame.
Scivias: Conoce los caminos
«Lo que Dios unió no lo separe el hombre» . ¿Qué quiere decir esto? Cuando Dios creó el género humano, tomó carne de la carne, haciéndolas una sola en un vínculo fundado de modo que no pudieran separarse entre sí precipitadamente. ¿Cómo? Porque tal es la alianza entre varón y mujer que, mediante una ceremonia legal, la carne se unirá a la carne y la sangre a la sangre, así que no podrán desligarse por necia premura, a no ser que, —-por una causa justa o una devoción fundada, ambos rompan el vínculo—-; pues el Señor dispuso amorosamente en el secreto de Su sabiduría esta unión de marido y mujer para la propagación de los hombres.
Explíquenos, Echenique, el significado del entreguionado ya que parece que a usted le posee la Verdad.
Coincido con Galván en que el diálogo se ha dado antes del Vaticano II , no por fechas sino por prácticas. En mi experiencia universitaria y luego profesional siempre ha existido éste por mi parte y por la de otros. Otra cuestión es la otra parte que, según parece, en Alba es aceptable y positiva pero no en otros muchos. A alguno le he tenido que recordar lo que Cristo dice sobre el aceptar la fe y la razón porque, cerrándose a la acción del Espíritu Santo, lo bueno de la Iglesia, de Cristo o de los católicos lo echan siempre a mala parte y no a reflexión y bien; desafortunadamente esto sigue abundando entre ateos, agnósticos, marxistas y otros ¡Ojala que a muchos, como a Alba, se les puede aplicar, por el contrario, la frase de Cristo-Jesús: «…no estás lejos del Reino de Dios».
Chesterton es otro maestro del diálogo respetuoso pero contundente y paradójico. Se sonrojaría del diálogo antiproselitista actual. Él quería convencer, como Jesucristo, como Don Camillo, como yo, humildemente. ¡ Viva el proselitismo !
Coincido con Alejandro Galván. Es más creo que los diálogos anteriores eran más auténticos, sin bajarse los pantalones y sin ningún complejo de inferioridad. Convendría que leyera a Guareschi y sus célebres diálogos de Don Camillo y Pepone, el alcalde comunista italiano. Una delicia. Hay que rehabilitar a Guareschi como maestro del diálogo auténtico y no del pseudodiálogo que nos quieren vender desde el error, la ambigüedad y la mentira.
«Hubo, años atrás, que los católicos no se acercaban hablar con gentes ateas, y si eran filósofos comunistas, parecía como hablar con el demonio. Tuvieron que llegar los años del Concilio Vaticano II para que la Iglesia valorara el hondo compromiso del diálogo con el mundo de hoy, recomendando a los católicos que la conversación humana tiene un altísimo valor para descubrir lo que nos une y detectar lo que nos separa.»
Lo lamento, Padre, pero no estoy en absoluto de acuerdo con este párrafo. Pero para nada.
Tengo el orgullo y la satisfacción de haber hablado con muchos materialistas ateos, que me han hecho apreciar más y más el regalazo de la Fe. A mí me gusta decir que no soy yo quien posee la Verdad, sino que es la Verdad quien me posee a mi. Más de uno ha sentido envidia de mi Fe y hasta me ha pedido oraciones por él. Yo les contesto que también ellos pueden rezar, pues, aunque no crean en Dios, Dios sí cree en ellos. Por el contrario, me resulta muy difícil el diálogo con los bergoglianos papólatras, que dicen dialogar con todos, menos con los católicos, esos seres despreciables, hipócritas, rígidos, fundamentalistas ..Que se vayan con los protestantes, su hábitat natural.