Estamos en el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, Día de la Hispanidad, y Fiesta Nacional de España. Todos estos motivos se concentran en una sola fecha. En el lenguaje común se está perdiendo el Día de la Hispanidad.
El primero en proponer el 12 de octubre, fecha del descubrimiento de América por Colón, fue un sacerdotes español, don Zacarías de Vizcarra, (1880-1963), mienbro de la primera promoción de alumnos de la Universidad de Comillas, y desde 1947, obispo auxiliar de Toledo, quien, en 1926, en su estancia en Argentina publicó un artículo donde aportaba los motivos de llamar Día de la Hispanidad al 12 de octubre.
Uno de ellos era que la fe cristiana habia sido llevada por los misioneros en la evangelización que España hizo en sus territorios repartidos por todo el mundo, donde no se ponía el sol. Aquellos países hablan el mismo idioma español y alaban a Dios en la misma lengua. Lo que justificaba el concepto de Hispanidad, con una fuerte cimentación histórica y cristiana.
Hoy el concepto de Hispanidad está casi oculto. Los nacionalismos regionales, que no ven más allá de las fronteras que se han marcado ellos mismos han oscurecido el sol de la Hispanidad. Ahora se habla de una futura federación regional de pueblos hispanos, que no está contemplada en la actual Constitución. Pero como se está haciendo un cambio constitucional por la puerta de servicio es posible que lleguemos a este retroceso.
La unidad de los hombres y de las tierras de España, acompañada por los pueblos que piensan y hablan español, es un bien moral que no debe estar en la almoneda de las fuerzas centrífugas, actualmente fuertes. El pensamiento cristiano, vertebrador de la Hispanidad, no debe ignorarse en pro de una nebulosa alianza de regionalismos periféricos. La Iglesia en España tiene una gran responsabilidad en este momento de la historia. La debilidad o el silencio pueden ser malos compañeros de viaje en cualquier momento.
En estos tiempos de inclemencias mundiales en el aspecto económico se debe recuperar la idea la Hispanidad. De lo contrario, la historia nos pasará factura en el futuro. No se puede romper un bien moral de unidad, que es el más antiguo de Europa.
Tomás de la Torre Lendínez