Cuando los pastores de una región española como es Cataluña expelen una nota como la publicada el pasado día 3, deben tener memoria completa, nunca selectiva, porque de lo contrario dicen lo que quieren pasando por el filo de una navaja, que no les corta un pelo, y los deja en el lugar donde ellos desean estar: subidos a un balcón viendo la corrida de toros sin mancharse de nada, aunque algún jovenzuelo de ellos, el de Solsona, se tirara al séquito del pasado 11 de septiembre. El documento del 3, fiesta de San Francisco de Borja, servidor de Reyes de España, valenciano de origen, quien prefirió servir a Dios en la Compañía de Jesús, antes que a señores que mueran como había ocurrido a la reina española. En su escrito, los obispos catalanes apelan a sus mil años de historia, (tal afirmación me recuerda una frase frecuente en la década de los años treinta del siglo pasado), hablan de la región catalana como «país», y como «nación». Brujulean sobre un puente bajo el cual bajan aguas muy caudalosas sin mencionarlas. Diferencian, en un solo momento, a España y Cataluña, como si ya se hubiera producido la independencia. Documentan sus suavonas afirmaciones con el magisterio de sus antepasados obispos de la misma región. Olvidan, a caso hecho, el amplio magisterio del Papa San Juan Pablo II sobre el nacionalismo. A modo de recuerdo les dejo solamente tres citas de ese riquísimo pozo de sabiduría pontificia: 1.-El Papa polaco estuvo hablando en la ONU en el año 1995, donde dijo: “Este derecho fundamental a la existencia no exige necesariamente una soberanía estatal, siendo posibles diversas formas de agregación jurídica entre diferentes naciones, como sucede por ejemplo en los Estados federales, en las Confederaciones, o en Estados caracterizados por amplias autonomías regionales”. ¿Es que no existe autonomía en Cataluña dentro del marco de la Constitución de 1978 como tienen el resto de comunidades españolas?. ¿Sostienen los obispos catalanes que los españoles los invadimos en 1714, como regula la historieta que se han inventado los padres del nacionalismo?. 2.- El mismo Juan Pablo II dijo en la audiencia general del 11 octubre de 1995, éste párrafo: «Con todo, no hay que confundir la defensa y la promoción de la propia identidad nacional con la insana ideología del nacionalismo, que induce al desprecio de los demás. En efecto, una cosa es el justo amor al propio país, y otra muy diferente el nacionalismo que enfrenta a los pueblos entre sí. Ese nacionalismo es profundamente injusto, porque es contrario al deber de la solidaridad, y provoca reacciones y enemistades en las que se desarrollan los gérmenes de la violencia y la guerra.” Sin comentarios por mi parte. 3.- De nuevo Juan Pablo II, en Cuatro Vientos, en 2003, dijo a los jóvenes reunidos: «Amados jóvenes, sabéis bien cuánto me preocupa la paz en el mundo. La espiral de la violencia, el terrorismo y la guerra provoca, todavía en nuestros días, odio y muerte. La paz – lo sabemos – es ante todo un don de lo Alto que debemos pedir con insistencia y que, además, debemos construir entre todos mediante una profunda conversión interior. Por eso, hoy quiero comprometeros a ser operadores y artífices de paz. Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón. Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis desalentar por el mal! Para ello necesitáis la ayuda de la oración y el consuelo que brota de una amistad íntima con Cristo. Sólo así, viviendo la experiencia del amor de Dios e irradiando la fraternidad evangélica, podréis ser los constructores de un mundo mejor, auténticos hombres y mujeres pacíficos y pacificadores. » Quedan aquí estas aportaciones del magisterio de San Juan Pablo II. Espero que sirvan a llenar la mente de algunos desmemoriados. El documento completo firmado por los pastores catalanes está aquí: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=38023 Recomendación Ruego que lean la nueva novela y el ensayo. Novela: Blancas y negras Ensayo: Ensayo sobre la obediencia en la Iglesia http://marianojv.esy.es//novela.html Tomás de la Torre Lendínez
Dedicado a los desmemoriados obispos catalanes

| 06 octubre, 2014
Estos obispos están haciendo mucho daño a la Iglesia.
Atacan a la Iglesia con mano de obra barata.
La retirada de Benedicto y ahora ésto, me han hecho mucho daño.
Ahora solo quiero hilo directo con Cristo.
Este articulo destila catalanofobia. Los obispos que tenemos en tierras catalanas estan por encima del resto de los españolistas. Ahora borran el comentario, verdad?
He leido la nota de los obispos catalanes. Pareceme que un obispo no ha escrito eso. Mas parece hecho por uno de los politicos separatistas y luego lo ha pasado a un cura lector de la Vanguardia, que es la unica fuente de magisterio papal, que citan como autoridad.
Lastima dan los catolicos catalanes en manos de estos pastores patrioticos y poco eclesiales.
Estos señores necesitan caerse de su burro. En España no hay regiones de primera o de segunda. Somos todos iguales. Si como obispos no entienden esto tan sencillo es mejor que se pregunten si estan actuando como buenos obispos.
Lo de los obispos catalanes es bastante grave. Son parte,por voluntad propia,de una «iglesia patriótica» que se separa de la Católica. Es un grave pecado.Dios les pedirá cuentas.Un abrazo.
Excelente reflexión, muchos deben tomar nota de las palabras del Santo Juan Pablo II, siendo hombres pacíficos y pacificadores. Que no arraigue en nosotros el YO sobre el TU; que bueno es saber respetar las diferencias y potenciar las igualdades y el bien común.
Don Tomás leeré sus últimos escritos con gana ya los echaba en falta.
PAX a todos.
Todo un alegato a favor de la independencia. Como siempre ha hecho el nacionalismo que se reviste de un lenguaje corderil estando dispuesto a engullirte como lobos.
Esta es la casta sacerdotal farisaica, que el Maestro duramente reprendió, que se presenta rasgándose las vestiduras y con falsa palabrería, llamando a la verdad mentira y a la mentira verdad.
La casta sacerdotal catalana que directamente es corresponsable de esta llamada al odio y que ahora hasta parece que se atreve a reprender a los desean que se cumpla la ley.
¡Apostatas!