La historia de la Iglesia está llena de soplones y chivatos. Durante la etapa de las persecuciones romanas contra los cristianos primitivos, las delaciones a la guardia pretoriana era tan habitual como beberse un vaso de agua. Los delatores han sido siempre gente amiga de trepar y subir sobre los hombros de sus delatados, ya que la estatura de los chivatos no pasa del metro mal medido. Son enanos intelectuales, pero llenos de mucha mala baba contra sus delatados. Ahora los nuevos chivatos son los artilugios de captación de imágenes y sonidos como micros de alta sensibilidad y multidireccional, capta imágenes desde un sencillo bolígrafo, cualquier móvil de gama media alta dispone de poderes potentes para seguir fabricando chivatazos. Estos actuales soplones los pasan primero a los medios de comunicación, quienes ávidos de carnaza se llevan a la boca lo que les sirvan desde la oscuridad del delator o desde la claridad de las agencias de prensa. ¿Quienes pueden ser victimas de semejantes artilugios? Todos. Todos los que vivimos, vamos por la calle y hablamos con las personas. Existe un nuevo espionaje chivatero hacia el clero. Algún caso sucedido hace unos días lo prueba. ¿Qué hacer ante estas situaciones? ¿No escribir post en los blogs, no publicar en la prensa, no tener homilías en la celebraciones eucarísticas? Un servidor no cambiará mi vida ante estos acosos de chivatería apoyada en los modernos artilugios de grabación de imagen y palabra. Seguiré siendo como soy, me cueste lo que quieran los que desean ver a los curas al pie de los caballos o sentados ante un tribunal de justicia. Conmigo pinchan en hueso. Señalo esta campaña porque se está llevando a cabo de modo morboso y rastrero. Seamos, decía, hace un rato un compañero sacerdote: Seamos cándidos como palomas, pero sagaces como serpientes, como nos dejó dicho el Señor en su evangelio. Lo contrario es ser tontos. Tomás de la Torre Lendínez
Cuidado con los nuevos chivatos tecnológicos
| 07 mayo, 2014
Supongo, don Tomás, que usted se refiere al caso del cura de Canena. Pero bueno, él sabía que le estaban emitiendo por la televisión local del pueblo. Saludos.
Como a diario suelo hacer me adhiero al comentario firmado por el amigo Caminant, hombre siempre ponderado. Saludos.
Los politicos caen como pardillos en el asunto de los micros. Pero montar una campaña para espiar y grabar solamente a curas es inmoral y decadente intelectualmente.
Supongo que aunque generaliza usted,don Tomás,quiere referirse a casos determinados donde se ha pillado a alguien diciendo alguna inconveniencia. Bien,coincido con usted en lo que dice: Si uno va por derecho,ni micros ni teles ocultas,la verdad es la verdad. Un abrazo,pater.