A los señores cardenales, arzobispos y obispos de España:
Me permito dirigirles esta carta abierta porque me consta que muchos de ustedes están muy preocupados por la situación de la empresa de comunicación Cope. Cuando, mañana lunes, se reúnan en la plenaria van a tratar muchos asuntos importantes referentes a la Iglesia en España. Pero existe uno que les quema a muchos en sus manos: el tema Cope.
A mi elemental entender, señores obispos, deben poner al día el Ideario de Cope, que la plenaria episcopal aprobó en el año 1991, y cuyo autor esencial fue el arzobispo emérito de Mérida- Badajoz, don Antonio Montero Moreno. Este Ideario está manchado y roto, pues a lo largo de casi veinte años aquella España no es la actual; los problemas de aquella sociedad no son la de ésta; la teología de entonces no es la de ahora; la relación de la Iglesia y la sociedad de aquella época no tiene nada que ver con la actual; la crisis económica de aquellos años es pecata minuta comparada con la honda crisis de valores morales que estamos atravesando y que nos ha llevado a una crisis económica global más feroz que la que asoló al mundo en 1929.
Por otra parte, señores obispos, los nacionalismos de hoy están convirtiendo a España en un adefesio de sí misma que no se reconoce ella misma ante cualquier espejo. Vivimos en diecisiete partes que se consideran naciones, sin tener nada que ver con el Estado central solamente para sacar el dinero de la hacienda común. La Constitución española ha sido y es violada de forma frontal o por la puerta trasera. Esto supone que algunas regiones quieran negociar con el Estado de igual a igual, pero siempre tirando y barriendo para sus propios intereses.
En el campo eclesial, la España actual, nos muestra que estos nacionalismos hayan domesticado a la Iglesia local de forma humillante, donde varios de ustedes, señores obispos, han capitulado ante la fuerza legal de unos “regímenes” que rayan en un totalitarismo descarado. Esto ha producido unas comunidades cristianas que viven en catacumbas dentro de sus propias diócesis.
Dentro de la misma Iglesia de España los varios movimientos laicales han tomado una fuerza inmensa, y cada uno ha colocado a sus mejores peones en los órganos de decisión de la empresa de comunicación Cope, ocasionando una situaciones de tirantez y de desgobierno que se han trasladado a la audiencia y a la opinión pública.
El rampante laicismo con todas sus variantes está poniendo a la Iglesia en España en situaciones límites. Raro es el día en que por tierra, mar y aire no estemos los cristianos en la crítica, en la mofa, en la befa, de programas de radio, de televisión, en cintas de cine y en periódicos de papel o de Internet.
Ahora es cuando más necesitamos un ideario claro y valiente para la empresa Cope, donde prime la valentía sobre la mediocridad; donde se presente el cristianismo dialogante, pero a la vez defensivo de nuestra propia fe; donde no aparezcan los varios pucheros de los diversos movimientos cristianos enfrentados, sino la gran tarea de la unidad en una sola fe, en un solo bautismo, y en un mismo Señor, que es Cristo.
La voz de la Cope no puede domesticarse ante el becerro de oro de los dividendos accionariariales anuales. La voz de la Cope debe ser para denunciar las luces y sombras de esta sociedad tan hostil a todo lo cristiano. Es claro que una empresa de radio generalista debe informar, formar, distraer, pensar…Esto solamente se puede hacer cuando las personas elegidas para ser comunicadores no se les pida la partida de bautismo para ser contratados, ni la pertenencia obligatoria a ninguna opción cristiana legalizada por el Código de Derecho Canónico. Se debe buscar su honrada profesionalidad y basta.
Espero, señores obispos, que cuando esta semana hablen del “asunto Cope” en privado, lo hagan con valentía, con la ayuda del Espiritu Santo, y buscando la unidad de las ovejas del rebaño del Señor. Abandonen los miedos y recelos que tienen muchos de ustedes cuando se habla de asuntos referentes a los medios de comunicación social. Busquen la libertad que tanto repite la cadena Cope. Dejen las ataduras politícas o sociales en el desván. Sepan que tienen un poderoso medio de comunicación en sus manos. Si lo saben hacer bien el futuro les recordará con agrado. Si lo echan a perder, también, los cristianos les pedirán cuentas de lo que hayan realizado.
Perdonen que me haya alargado tanto. El tema lo requiere. Les deseo una fructífera reunión plenaria. Ojalá el Señor les ilumine para que acierten. Así lo esperamos muchos.
Tomás de la Torre Lendínez