Cuando se cumple un año del terremoto de Lorca, los medios de comunicación han hecho balance de la situación de la localidad. Se habla del número de familias con hogares sin poder habitar; se cuenta cómo las ayudas oficiales están llegando a cuentagotas; se han recordado a los muertos y heridos…..
¿Qué ha hecho la Iglesia local, por medio de Cáritas para que la ciudad desolada y sus habitantes puedan por lo menos comer dignamente?
En un excelente artículo publicado en Libertad Digital, firmado por Javier Lozano, se detalla la acción de la Cáritas local. Es interesante conocerlo.
Uno de los curas de la ciudad me comenta por teléfono:
“Cáritas son sus voluntarios que se organizan como hormiguitas, sacando fuerzas de las flaquezas, estrujando el dinero hasta el límite, buscando soluciones para los casos más sangrantes, repartiendo la igualdad entre hermanos, y cooperando a que la tragedia del terremoto se haga más llevadera con el paso de los meses….Aquí está, concluye, visible el mandato del Señor: Amaos unos a otros, como yo os he amado.”
Cuando oigo esto me acuerdo de la cantidad de gente que desea cobrar el IBI a la Iglesia. Menuda contradicción. Algún obispo, concretamente el arzobispo de Valladolid ha dicho lo que no debía sobre este asunto que tanto refocila a la izquierda y a la derecha en la política. Callado estaría más guapo, ya que ha llegado al techo de su incompetencia como pastor diocesano.
¿Le parecería a monseñor Blázquez que el economato de Lorca pague el IBI?
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Tomás de la Torre Lendínez
