A Teresa

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Vengo del hospital materno infantil. Habitación 414. Una niña de 12 años está en sus últimas horas aquejada de un montón de situaciones producidas por la parálisis cerebral con una disminución de más del noventa por ciento que trajo al nacer.

A los padres los casé. Al resto de hermanos los bauticé, igual que a Teresa, a quien la he dejado llena de cables y gomas por todas las partes de su pequeño cuerpo.

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Los padres están a un lado y otro de la cama. Cada equis minutos están entrando los médicos, enfermeras y auxiliares de clínica. En un momento hemos rezado por ese ángel llamado Teresa. Ha sido impresionante. Todos hemos llorado. Todos eramos conscientes de que poníamos en las manos de Dios a Teresa. Su divina voluntad debe hacerse así en la tierra como en el cielo.

El Olivo, este blog, ruega a todos, los que tengan a bien leer estas líneas, que recen por Teresa. La red también es una red de oración. La red es un lugar para demostrar la comunión de los santos.

La niña encamada no la podré olvidar nunca. Es un ángel tranquilo luchando por seguir viviendo. Es un ángel con el que hemos alabado a Dios y hemos puesto en sus manos su vida. Hágase lo que la misericordia de Dios disponga.

La familia de Teresa la ha tratado como a una reina. Ahora confían en la providencia divina sobre ella.

Tomás de la Torre Lendínez

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