Llevo unos días en los que la inmensa mayoría de las imágenes que me llegan a los perfiles personales están manchadas de rojo y amarillo con machacona insistencia. Grupos de ciudadanos salpicados de banderas nacionales que aún nadie ha confundido con la esvástica nazi. No descarten que algún “Einstein” de las comunicaciones lo haga.
Imágenes que no veía hace tiempo y que me desplazan una década hacia atrás. Imágenes que me recuerdan otros tiempos en los que se legisló mucho para unos pocos, y se esquilmó el erario público con saña (¿no era dinero de nadie? Pues que rule) para beneficio de una privilegiada minoría.
Sí, hablo de la tristemente recordada “época zapatero”. Una era cuyo epitafio podría ser “nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos.” A 14 años vista, podemos confirmar que “aprobar lo que saliera del parlamento catalán” siendo “la nación un concepto discutido y discutible” no fue una buena idea.
Me dirán que los frutos que hoy recogemos provienen de una semilla anterior y que, tanto los de un color como los de otro, han ido regando ese brote que ahora amenaza con tirar la casa común. Cierto, pero cierto es también que, en ese lustro y medio ominoso, se aplicaron en que todos esos brotes de discordia crecieran y se desarrollaran rápido y con fuerza, abonando con el sustrato vitamínico del odio a España.
España aguantó dos legislaturas que la debilitaron en todos los aspectos. Y la gente que nunca se queja salió a la calle contra la negociación con los terroristas, el estatuto catalán, las leyes de género, el aborto, el saqueo del archivo de Salamanca, la desmemoria histórica, el adoctrinamiento educativo… ¿Se acuerdan? Claro que se acuerdan. Estuvimos.
Y salimos con la bandera que nos une, que nos protege a todos, que nos garantiza derechos y nos impone deberes. Con la bandera que hoy vuelve a verse como una llamada a la cordura y a la unidad que nos da la fuerza. Si sirvió de mucho o de poco, si retrasó las infames medidas o si debilitó al gobierno más inepto de la democracia española es algo que nunca sabremos porque nunca viviremos lo que hubiera sucedido si no hubiéramos salido a manifestar nuestro descontento. Había que salir y salimos.
Y votamos a Mariano Rajoy y al PP para que diera marcha atrás en las leyes injustas, liberticidas, indignantes, revanchistas, que congelara pactos con miserables, traidores y asesinos…
Creímos que, casi al borde del precipicio al que nos habían llevado, podríamos dar marcha atrás y salvarnos de la caída que en algunos momentos pareció inevitable. Pero Mariano y su PP siguieron andando, más despacio aunque sin cambiar un ápice el rumbo, hacia el precipicio zapaterino.
No sé si estamos cayendo ya, o aún mantenemos más cuerpo en el acantilado de roca que en el abismo. No sé si es tarde, o estamos a tiempo. Lo que sé es que las imágenes son las mismas que cuando nos arrastraron hacia el borde hace años porque es posible que la gente sensata, que calla, que trabaja, que cumple la ley, que vive fiel a sus valores, que sabe dónde está el bien y el mal, lo justificable y lo inadmisible, haya llegado a la misma conclusión que yo. Porque la gente corriente que sacamos nuestra bandera, una y otra vez, para pedir cordura hace unos años tenemos hoy la certeza de que Zapatero aún sigue en Moncloa.
Alicia V. Rubio Calle
Estimada Catalina:
Su mensaje me parece innecesariamente desagradable.
Dice «Como tú misma reconoces, la culpa la tenéis los que votasteis al PP».
Yo en ningún momento me culpo de lo que no he hecho. Culpo a Rajoy y usted debería hacer lo mismo. Y no culpar al que ha sido engañado de lo que el estafador hace con su dinero, en esta caso su voto y su buena fe. A mi me engañó una vez porque prometió revertir leyes que yo consideraba muy perjudiciales, pero hay a quienes les ha engañado más veces y no se me ocurre culparlos.
También dice: «Por lo tanto, por favor no te quejes. Sus votantes no tenéis derecho a quejaros cuando esto ya se estaba viendo hace muchos años».
Me alegra su clarividencia, lo que le aseguro es que su comentario no produce más que animadversión hacia cualquier cosa que usted proponga como solución, por falta de empatía. Tengo derecho a la queja y, desde luego, pienso quejarme de que Rajoy, que tenía recurridas varias leyes de Zapatero cuando yo le voté, posteriormente se olvidara de lo que prometía en la oposición, le parezca a usted que tengo, o no, derecho.
Y añade: «Los que lo venimos viendo y advirtiendoos a sus votantes tibios ciegos y sordos no tenemos por qué aguantar encima estas quejitas absurdas».
Pues mire, mis «quejitas absurdas», que no son quejas sino narración de hechos, posiblemente tengan más efecto que sus absurdas recriminaciones. Y no recuerdo su aviso, ni sé que me hubiera recomendado votar el 2011. Votar en blanco, nulo o no votar hubiera dejado a Zapatero en su tercera legislatura. Rajoy aun no había enseñado su cara verdadera. Espero con interés su recomendación retrospectiva de voto.
Y termina con algo muy raro… «Por favor. Hay que ser consecuentes en esta vida». como si yo no fuera consecuente, como si ser consecuente implicara no echar en cara al mentiroso sus mentiras en vez de culpar a quien no tiene la culpa de lo que el mentiroso haga.
Fíjese si soy consecuente que, en vez de culpar a la víctima (a los votantes de las siguientes elecciones), una vez constaté que Rajoy me había engañado, no volví a votarle, comencé a hacer oposición activa, y trato de colaborar en una alternativa viable a semejante grupo estafador.
Se necesitan personas que ayuden a la gente a salir de Matrix, que sumen creando lazos con los que deciden no votar a quien no cumple, no crear aversión con recriminaciones injustas y asignación de culpas. Eso es restar y así no se consigue nada. Recapacite, por favor, y empiece a sumar.
La culpa de lo que haga Rajoy es de Rajoy. Ponerlo en evidencia, que es lo que yo hago, un derecho y un deber.
Un atento saludo.
Alicia Rubio
Todo esto ya se dijo hace muchos años en el debate de la Constitución del 78, se advirtió de la ambigüedad y chapucerismo que se podía esconder detrás del invento d elas Autonomías. Fue el Título VIII el más problemático sin duda y sobre todo el error conceptual de l artículo 2 que habla de nacionalidades y regiones aunque un poco más adelante se hable de la indisoluble unidad de España. Es ambiguo porque nacionalidades y regiones no son sinónimo, se hizo en la práctica por el café para todos.
Se advirtió de los grandes males por gente muy docta y experimentada y no se hizo ni caso, y hoy recogemos eso que se advirtió porque una de las partes no ha sido leal desde el minuto 0 y encima el Estado ha dejado hacer.
Luego Zapatero lo empeoró y desde luego que los nuevos poco han hecho porque realmente se produjo un cambio de régimen tapado todos sabemos cuándo, dónde y en qué fecha con la idea de abrir el melón constitucional y el consenso y a eso vamos irremediablemente bien a 100 por hora o a 300 por hora.
Alicia. Como tú misma reconoces, la culpa la tenéis los que votásteis al PP. No es ninguna sorpresa lo que ha hecho el PP. Hace falta estar muy ciegos durante muchos años para votarlos esperando que paren la demolición de España.
Por lo tanto, por favor no te quejes. Sus votantes no tenéis derecho a quejaros cuando esto ya se estaba viendo hace muchos años.
Los que lo venimos viendo y advirtiendoos a sus votantes tibios ciegos y sordos no tenemos por qué aguantar encima estas quejitas absurdas.
Por favor. Hay que ser consecuentes en esta vida.
Levo todos estos días de paliza separatista recogiendo información al respecto y sobre temas más o menos trasversales. Ayer encontré unos videos, son cortos, que pueden aclarar muchas cosas en todo esto. Pongo los enlaces:
https://www.youtube.com/watch?v=d18Hy5UouN8
https://www.youtube.com/watch?v=SvldLl8IMeo
https://www.youtube.com/watch?time_continue=3&v=lEAHQOTrDvI
Me resultaron muy impactantes. Si sustituimos América por España o Cataluña o la Iglesia, queda explicado casi todo.
Pero vemos en los pequeños detalles como el separatismo ha existido siempre en el gobierno, como dices, con las excusas más peregrinas. Hoy hablaba un locutor en la 1ª, del gobierno, de Donosti. Pues muy bien.
Este presidente, tan manso, ha tenido seis años, seis para desmontar lo que montó ese que dices, los primeros cuatro con mayoría absoluta y un mandato clarísimo, como dices. ¿Quién está en la Moncloa, el manso o el otro?
Lo milagroso y aún hay gente que no cree en los milagros, es que aún no haya habido ningún muerto. Ese muerto que esperan para convertirlo en mártir. Espero que los policías y guardias civiles vuelvan a sus casas sin mayores contratiempos y que a estos delirantes no se les ocurra conseguir por su cuenta ese muerto que ansían.
Cataluña se ha saltado las leyes siempre con el beneplácito del gobierno de España, y jamás ha escuchado el gobierno español las denuncias formuladas por los castellanos parlantes catalanes, bien sea por un puñado de votos de CIU, o del Tripartito, o por ser «la llave de la gobernabilidad de España» tras unas elecciones nacionales, etc… etc… etc…
Además descentralizar España ha supuesto la ruina económica en que nos encontramos ahora, así como la ruina de la «unidad» de la Iglesia española, aunque ya teníamos como referentes la Iglesia vasca con Monseñor Setién a la cabeza.
Ahora empezamos a recoger los frutos de la democracia española y su política de descentralización.