| 16 junio, 2015
Ay la misericordia, la misericordia… ¿Si Magíster fuese Scalfari habría habido reprobación? ¿Han habido indiscrecciones por parte de gente de este calado? ¿Y el dizque portavoz del Papa, Kasper, y sus líos y mentiras? Poca cosa, parece ser. A veces se sabe qué terreno pisa uno por agravio comparativo. Se empieza a conocer esto de la misericordia selectiva: solo a los de un lado. Así yo también sé ser misericordioso. Pues nada. A abrir el paraguas. Tormentas primaverales.
Muerto el perro se acabó la rabia.
Magister se pasó de listo y ahora sufre las consecuencias de tantos meses de partidista y torticero «dale que te dale»
Seguirá hablando de «golpes de estado vaticanos» cada vez que Kasper se reúna a cenar con sus primos pero ya no estará acreditado como corresponsal en el Vaticano.
Hay que ser consecuente con las acciones de uno.
Se podría ir de corresponsal a la Conferencia Episcopal Africana ya que tan de acuerdo está con ellos. Seguro que le acreditaban.
Si a ti te entregan confidencialmente, ya que eres corresponsal acreditado ante la Santa Sede, el borrador de una encíclica cuya presentación oficial se ha anunciado para dentro de tres días (hoy dos), debes ser discreto. Que yo sepa, Scalfari no ha revelado nada. Y no me consta que jamás haya filtrado un texto que se hallase bajo embargo.
Sapienter, lo de Magister es anecdótico,
ha echado el órdago y ha perdido en esta jugada.
Pero sus comentarios no son «faroles»
ni cohetes ni salvas protocolarias.
Despues de dar una ojeada al «borrador» que él nos ha anticipado
he ido a ver en los Evangelios la misión que el Señor encomienda
a sus discípulos. Permíteme la trascripción (versión de la Casa de
la Biblia, que es el NT que tengo a mano)
«Dios me ha dado autoridad plena en el cielo y en la tierra.
Poneos, pues en camino,
haced discípulos de todos los pueblos
y bautizadlos
para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
enseñándoles a poner por obra todo lo que
os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros
todos los días
hasta el fin de este mundo» (Mt. 28, 19)
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«Id por todo el mundo
y proclamad la buena noticia
a toda criatura.
El que crea y se bautice, se salvará,
pero el que no crea se condenará.»
(Mc. 16,15)
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«Entonces les abrió la inteligencia
para que comprendieranlas escrituras,
y les dijo:
Estaba escrito que el Mesías tenía que
morir y resucitar de entre los muertos al tercer día,
y que en su nombre
se anunciara a todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén,
la conversión y el perdón de los pecados.
Vosotros sois los testigos de estas cosas.
Por mi parte,
os voy a enviar el don prometido
por mi Padre» (Lc.24, 46-47)
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«Después de comer,
Jesús preguntó a Pedro:
Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que estos?
Pedro le contestó:
Sí, Señor, tu sabes que te amo.
Entonces le dijo Jesús:
Apacienta mis corderos
….
Cuida de mis ovejas
…..
apacienta mis ovejas
(Jn. 21, 15-18)
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«Jesús hizo en presencia
de sus discípulos muchos más
signos de los que han sido
recogidos en este ibro.
Estos han sido escritos
para que creais que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios;
y para que creyendo,
tengais en el
vida eterna» (Jn 20, 30-31)
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Sapienter, estoy de acuerdo contigo.
La misión que la Iglesia recibió
del Señor no puede
ser sustituída, desplazada o eclipsada
(ni siquiera acompañada)
por ventarrones ecologistas.
La propuesta de un «proyecto ecológico global»
hay que considerarla con cautelosa distancia.