La situación canónica de la Fraternidad de San Pío X es, no lo digo yo sino su Superior, extraña y contradictoria. ¿Están dentro, están fuera, están dentro pero un poco fuera, fuera pero un poco dentro…? Creo que ante un caso de abusos, que Fellay (el Superior de la Fraternidad lefebrvista) sea el juez, es más astucia que misericordia. En estas farragosas relaciones con Roma en las que el común de los mortales no sabe muy bien situar a esta Fraternidad, la jugada ladina es pasarles a ellos la patata caliente. No creo que nadie quiera ser juez en un caso así. Desde Roma han actuado con inteligencia ¿Que hay controversia? El caso es de los lefebvristasy lo llevan los lefebrvistas. ¿Que no la hay? Pues aquí no ha pasado nada y solo hemos delegado. De cualquier forma, sí es cierto que estas anécdotas al menos dejan ver que los de Lefebvre no están en la situación de pleno cisma que muchos nos quieren hacer ver.
¿Seguro que es misericordia lo de la FSSPX?
| 06 junio, 2015
El orígen de la crisis actual de la Iglesia tiene su orígen en él Concilio Vaticano II y en la intepretación de su novedoso magisterio por parte de los Papas conciliares. La crisis nació y viene de la jerarquía eclesiástica. Otra cosa es que se haya extendido al pueblo feligrés, como por otra parte era lògico preveer.
Tratar de tapar, mirar a otro lado y lavar la cara a los responsables directos de esta lacra que nos asola, no ayuda sino que entorpece al pueblo fiel a la hora de conocer la Fe, protegerla y extenderla hasta los confines de esta Tierra.
Por este artículo y por muchos otros… Se que es una forma de hablar. Hace 25 años tuve la dicha de conocer personalmente a Mons. Marcel Lefebvre. A muchos seminaristas y sacerdotes de la FSSPX, También conocí a los cuatro obispos por él consagrados. Pero de todos a los que conocí, a ninguno lo oí ni vi que fueran «de Lefebvre». A lo mejor son hermanos con «irregularidad canónonica» o lo que se les quiera llamar. Pero de una Iglesia o grupo específico separado jamás se consideraron a si mismo ni quien los conozca los podrá considerar. Se que decir «los de Lefebvre» como llamar a los capuchinos «los del Padre Pio», Claro que aquí media la suspicacia: Lefebvre no inventó nada, ni creó nada aparte de la FSSPX. Que no es suya. Y ahora en lugar de arreglarlo la lio más ¿Es de la Iglesia o no?
Para mi, con garantias… Donde haya uno de estos sacerdotes hay sacramento válido. Con muchos «oficiales» tengo mis dudas… si. Y muy legítimas, creo.
Totalmente de acuerdo con el blogger. En una situación de cisma la Santa Sede simplemente se encogería de hombros. Aquí reconoce que se trata de otro desaguisado de un clérigo católico. Pero, bien mirado, eso no es nuevo, salvo la indiscreción del Obispo Fellay al respecto, en un tema sobre el cual, lo idóneo es guardar silencio, ante el respetable, y tras haber informado a la Santa Sede, proceder.
No es ninguna base en la que se pueda argumentar sobre la personalidad jurídica de la Fraternidad, la delegación ad casum de una potestad eclesiástica judicial para encausar a un presunto pederasta. Y menos aún un timbre de gloria.
Monseñor Fellay es ingeniero, un buen economista, sabe cinco idiomas, pero, si fuera más discreto sería el summum de la perfección. Estas clásicas extroversiones han generado un concepto generalizado de falta de seriedad, que es probable, no sea exacto, pero hay eclesiásticos que ante un micrófono y los medios, pierden el oremus. Sigo rezando por la reconducción de los asuntos de la Fraternidad, y que una vez por todas se decidan ya a integrarse, pues muchos sacerdotes de la misma están ya diciendo que Monseñor Fellay es el obstáculo insalvable para la regularización.
El comentario que hace Daniel Rueda es claramente tendencioso y malévolo. No es más que uno de esos que quieren una rebeldía a perpetuidad, como si el pronunciamiento de Monseñor Lefebvre hubiese sido una rebelión por la rebelión misma. Nada más falso. El obispo marcó su disidencia, y la llevó a un punto de máxima tensión, para preservar todo lo que concierne a la tradición de la Iglesia. Pero nadie más que él, en la Fraternidad, deseaba mantener el emplazamiento de la Fraternidad San Pío X y ver favorecido su apostolado DENTRO DE LA IGLESIA.
Lamento que esta prestigiosa página dé espacio a ese comentario, que nos ofende a quienes respetamos la autoridad de Monseñor Bernard Fellay, que con la mayor prudencia actúa en bien de la Iglesia.
Mi respeto al Señor Director
Antonia
La situación de la SSPX nunca ha sido de abierto cisma, sino de preservar la Santa Misa y la fé católica sin la toxicidad propia del Concilio Vaticano II. Esa fué la premisa de Lefebvre. Estar con el papa en todo lo católico, resistir en lo anticatólico. Operación sobrevivencia. Pero a través de los años, los fieles se fueron haciendo comodinos, tenían la Misa y lo demás no importó. Se les fué colando Fellay al tope, un seminarista que monseñor Lefebvre no quería ordenar obispo. Pero los suizos presionaron. Y ahora Fellay se ha hecho Superior vitalicio de la Fraternidad y está en posición privilegiada de entregarla en bandeja de plata a sus verdugos, a los mismos verdugos que liquidaron a los Franciscanos de la Inmaculada y torturaron al padre santo Manelli. Felllay es un topo de los modernistas y ha vendido su alma por 30 monedas de plata.. Mejor dicho, 85 millones de euros de unos donadores dizque católicos , pero en realidad de origen no cristiano.