A los divorciados vueltos a casar sin nulidad, se entiende. El que fuera Papa por unos minutos en la Wikipedia aquel 13 de Marzo del año pasado, ha vuelto a hacer unas declaraciones sobre el Sínodo al Corriere della Sera. Scola no consigue ver «las razones adecuadas de una posición que por una parte afirma la indisolubilidad del matrimonio como algo que está fuera de toda discusión, pero por la otra parece negarla en los hechos, llevando a cabo casi una separación entre doctrina, pastoral y disciplina.« No cree que el Papa adopte una posición que «él no comparta». Pues bien. Otro que se suma a la lucha por la ortodoxia y la sensatez. Aunque esto ya lo sabíamos hace tiempo. Hay que reconocer que frente al hipercriticismo de algunos ante el panorama púrpura actual, los cardenales, salvo deshonrosas excepciones, están demostrando estar a la altura de las circunstancias. Aquí dejo el enlace de la entrevista: http://www.corriere.it/cronache/14_dicembre_02/ai-divorziati-niente-comunione-credo-che-papa-decidera-cosi-496cd7f0-79ea-11e4-81be-7152760d3cf5.shtml
Scola vuelve a rebatir la comunión a los divorciados

| 05 diciembre, 2014
No en balde, fue uno de los favoritos («papables») en el pasado cónclave, del que salió elegido el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio.
Algunos comentaristas entonces se dieron a hablar de una «derrota» de Angelo Scola, que entró papable y salió como entró, como príncipe de la Iglesia.
Cfr. http://ayporquenosoycomodonquijote.blogspot.com.es
«Tenemos que reconocerlo: el estilo -pero el estilo, decía Lacan, es el hombre- de este Papa ha representado para nosotros europeos una pro-vocación, en el sentido etimológico de la palabra. Nos ha puesto ante la urgencia de asumir nuestro deber de cristianos de manera distinta. Y esto conlleva una saludable dosis de desestabilización, porque si uno no es provocado no cambia. »
Exactamente eso hace Francisco, sacarnos de la comodidad. Por eso hay quienes no lo soportan.
«De todas formas, he visto en el Sínodo, pero también en las congregaciones pre-Cónclave, un espesor de comunión milenaria que nos urge a todos a reconocer en el ministerio petrino el pilar que garantiza la unidad de la Iglesia. Podrá haber un diálogo encendido y también una dialéctica y momentos de incomprensión, pero al final todos convergemos allí.»
Llamentablemente habrá quienes no le creerán y continuaran con el mito urbano del cisma y el Papa hereje.
«El estilo del Papa nos pide a cada uno de nosotros fieles la humildad de escucharlo mucho y de entrar en su perspectiva. Partiendo de su experiencia latino-americana, que tiene detrás una cultura y una teología sobre la cual como mínimo nosotros europeos no estábamos adecuadamente informados, el Papa pone el acento sobre aspectos a los que nosotros tal vez estábamos acostumbrados a enfrentarnos con una modalidad un poco más «sentada», un poco más burguesa.»