Y que conste que digo Roma, y no el Papa, aunque lógicamente nada pueda salir sin su aprobación. Según “L’Osservatore Romano”,el 5 de noviembre entrarán en vigor nuevas disposiciones sobre las renuncias de los obispos. «En algunas circunstancias particulares» el Papa puede «considerar necesario pedir» al Obispo que «presente la renuncia al oficio pastoral, tras haberle dado a conocer los motivos de tal petición y escuchar atentamente sus razones, en diálogo fraterno». El anterior documento, “Ingravescentem Aetatem” de Pablo VI, no hacía mención explícita a la posibilidad de que el Papa demandase la renuncia forzada a un obispo por causas de fuerza mayor. Sorprendente, dado que desde Roma no se hacía más que hablar de una nueva era de colegialidad, de que el Papa era casi poco más que el Obispo de Roma, de que todos caben en la Iglesia, de la no exclusión, de las distintas sensibilidades, de la misericordia… Pues parece que la misericordia, la colegialidad, y el «todos caben», sólo va a ser con un sector de la Iglesia. Así cualquiera. La generosidad con que se consienten ciertos excesos poco tiene que ver con el trato dado a obispos como Rogelio Olivieres o a congregaciones como la de los Franciscanos de la Inmaculada. Cojan el paraguas. Se avecinan tormentas primaverales.
¿Roma prepara purga de Obispos?

| 06 noviembre, 2014