No me esperaba otra cosa de este personaje: un producto artificioso de TV que tiene que salir con gafas de sol en un plató cerrado y a veces de noche, como si hicieran falta, no siendo que mostrándose sin lo que casi es un disfraz no interese a nadie. ¿Tan poco vale él por si mismo? Alguien cuya opinión solo interesa si accede al show del maleducado farolero de arrabales, porque si no, su palabra no vale nada. ¿Tan poca autoridad intelectual tiene? Alguien que escribe libros de un nivel de 3° de la E.S.O. y se hace llamar escritor, con letra Times New Roman 25 y todo bien espaciado no sea que sus lectores, de iguales luces que el autor, se pierdan ¿Tan fatuos pueden llegar a ser los cortos? La entrevista que realizó ayer este showman a Fortea dejó más en evidencia al presentador que al entrevistado. Sí, estoy juzgando, y quien crea que un cristiano no puede juzgar es que descontextualiza al más puro estilo protestante las palabras de Cristo, es decir, de Quien llamó raza de viboras a los fariseos. Lo primero que hizo Risto, después de acabar el tema de los exorcismos, es ofrecer torticeramente una serie de declaraciones de obispos sacadas de contexto. ¿A qué venían esas preguntas? Imposible que un sacerdote sepa qué dijeron realmente obispos de una u otra ciudad o por qué lo hicieron. Por supuesto solo eran las desinformaciones de prensa agresivamente anticatólica. Para una frase que había entre comillas, acerca de los abusos que pueden padecer las mujeres que abortan, se le da una interpretación tergiversada. Es decir, lo que quería decir la cita de marras es que las mujeres que abortan también se convierten en víctimas de muchas personas que les obligan a decidir sobre su vida y sobre su hijo por egoismos personales y que frecuentemente entran en un círculo vicioso. Le recuerdo a Risto que la palabra abuso no es referida solo al ámbito sexual. Lo segundo, Risto demostró su desconocimiento sobre la Iglesia creyendo que a un obispo se le puede destituir por una opinión, como si fuese un subalterno del Papa. Además de malo, inculto. Lo tercero, el tema de los abusos sexuales. Ni que decir tiene que también en prensa salen continuamente casos de abusos sexuales por parte de profesores y de familiares directos del abusado, y no por eso se relaciona a la docencia ni a la familia con la pederastia. Esa técnica de identificar la parte podrida con el todo es propia del nazismo, como declaró un rabino de mente brillante. De hecho, al margen de la falsa imagen que da la prensa, las estadísticas demuestran que los religiosos que abusan son porcentualmente bajísimos. Lo cuarto, Risto se mostró muy molesto porque Fortea ironizase sobre Varufakis. El gesto desencajado. Sin comentarios. Pero quizás eso explica lo que ahora viene. Lo quinto y ya inaceptable, fruto de una malicia que pocas veces he visto, es querer dar tintes oscuros al hecho de que Fortea pusiese en su blog imágenes de niños. Yo, que he visitado el blog bastantes veces, sé que este sacerdote cuelga constantemente imágenes de Star Wars, de animales o de niños con la misma intención que la mitad de las páginas de Facebook (por un decir) y sus chistes y fotos pastelosas de bebes y perros sin que nadie les acuse de nada. En fin. Que Fortea se equivocó al ir al programa. A ver si aprende. Pero Risto fue el que se mostró como un miserable. Luego entrevistó a una actriz porno, con cuyo sistema de valores seguramente se siente más cómodo. ¿Relacionaría Risto el Porno con las webs que muestran imágenes pedófilas? ¿Hablaría de la humillación a la que se someten ciertas mujeres? ¿De los escándalos de prostitución, drogas, abusos sexuales, o menores? Porque éste sí es un ámbito que necesariamente está ligado al escándalo. No he visto la entrevista entre el proxeneta y la ramera online (Risto la quería vender a media España), pero ya os digo que no. Corregidme si me equivoco, pero si no es así, vaya sinvergüenza. La novia de Risto se sentirá reconfortada con esos momentos. Qué humillación pública. Decía Fortea que casos de gente realmente mala son excepcionales. Pues ya tiene a uno.
Risto, el miserable, y Fortea
| 24 junio, 2015
Despertemos
Que el Padre Fortea lleve su sotana, y que hable con calma, sosiego y espiritualidad es algo ejemplar. Lo raro es como se compagina esto, con su doctrina totalmente laxa sobre la condenación eterna (dice que no se sabe, tampoco es que niegue, que alguien se halla condenado y que si así fuera sería algo terrible). Entonces para que tanta gravedad en sus gestos y para qué sirven sus exorcismos. También dice que actualmente no hay síntomas de apocalipsis y a los que hablan de esto los toma por fanáticos. Así mismo, dice que los obispos actuales son unos santos, que nunca hubo un obispado de tanto nivel espiritual como el actual. Más bien habría que decir, que hoy un santo, de los de verdad, no llega a obispo ni soñando, sino que actualmente estos, más bien viven arrinconados en un estado marginal y a veces tomados por locos. Esto último, es algo que observo directamente, pero prefiero no decir más.
Entonces, podemos concluir que este sacerdote, carece de discernimiento y hay que cuidarse del mismo como con los demás. Una de las cosas más terrible de nuestro mundo, es que la mayor parte de los sacerdotes, son causa de perdición y no de salvación. Pero no hay que entristecerse, sino saber leer los signos de los tiempos. El mismo Nuestro Señor Jesucristo, ya nos avisaba de esto, cuando decía que antes de que volviera a la Tierra, ¿habría fe en ella? y si no fuera porque acortará estos tiempos, serían confundidos hasta los más santos, no se salvaría nadie, pues los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz. Solo por la Misericordia divina Dios intervendrá pronto. Esta es la verdadera misericordia y no la que predica Bergoglio, que es una misericordia sobre algodones muy en línea con el heresiarca Walter Kasper. Todos los falsos teólogos y pseudomísticos actuales un dia serán completamente desenmascarados, amén. 25-VI-2015
Despertemos
Que el Padre Fortea lleve su sotana, y que hable con calma, sosiego y espiritualidad es algo ejemplar. Lo raro es como se compagina esto, con su doctrina totalmente laxa sobre la condenación eterna (dice que no se sabe, tampoco es que niegue, que alguien se halla condenado y que si así fuera sería algo terrible). Entonces para que tanta gravedad en sus gestos y para qué sirven sus exorcismos. También dice que actualmente no hay síntomas de apocalipsis y a los que hablan de esto los toma por fanáticos. Así mismo, dice que los obispos actuales son unos santos, que nunca hubo un obispado de tanto nivel espiritual como el actual. Más bien habría que decir, que hoy un santo, de los de verdad, no llega a obispo ni soñando, sino que actualmente estos, más bien viven arrinconados en un estado marginal y a veces tomados por locos. Esto último, es algo que observo directamente, pero prefiero no decir más.
Entonces, podemos concluir que este sacerdote, carece de discernimiento y hay que cuidarse del mismo como con los demás. Una de las cosas más terrible de nuestro mundo, es que la mayor parte de los sacerdotes, son causa de perdición y no de salvación. Pero no hay que entristecerse, sino saber leer los signos de los tiempos. El mismo Nuestro Señor Jesucristo, ya nos avisaba de esto, cuando decía que antes de que volviera a la Tierra, ¿habría fe en ella? y si no fuera porque acortará estos tiempos, serían confundidos hasta los más santos, no se salvaría nadie, pues los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz. Solo por la Misericordia divina Dios intervendrá pronto. Esta es la verdadera misericordia y no la que predica Bergoglio, que es una misericordia sobre algodones muy en la línea del heresiarca Walter Kasper. Todos los falsos teólogos y pseudomísticos actuales un dia serán completamente desenmascarados, amén. 25-VI-2015
Vi la entrevista y era de esperar el tono que se empleo y las bajezas típicas del Risto, pero al final el P. Fortea dijo una cosa que justifica su presencia en el programa: los sacerdotes tienen que hacerse ver más. Empezando por la sotana en la calle, o, mínimo el alzacuellos.
Si el P. Fortea no apareciera tanto en medios de comunicación donde no se sabe bien qué pinta un sacerdote, se ahorraría muchas de estas situaciones incómodas.