¿Cual era el rostro de Jesús según la iconografía antigua? Vamos a ofrecer una reflexión que evite los típicos silogismos falaces en los que siempre caen los reporteros e investigadores de tercera división, y que ilustren a los lectores.
Grafito de Alexamenos. Finales del s. I.
La primera representación encontrada de Jesús es una blasfemia. En el texto reza: «Alexámenos adorando a su Dios», y muestra a Cristo crucificado y con la cabeza de un asno. Nada nos dice sobre el rostro de Cristo, pero mucho sobre la teología de los primeros cristianos. Y es que, los enemigos de Cristo, a veces son usados por Dios para evangelizar. Precisamente la blasfemia de estos malvados, evidencia ante la historia la ortodoxia de los Cristianos del siglo I. Los cristianos creían en un crucificado, y ese crucificado era su Dios. Buen varapalo a los neo-arrianos de hoy, que intentan deslegitimar la concepción de Jesús-Dios arguyendo que fueron ideas que surgieron mucho después.
El Buen Pastor. Siglo II. Tumbas de San Calixto. Roma.
Un Jesús imberbe, representado como el buen Pastor. ¿Quiere decir esto que Jesús era así y que luego fue variando la iconografía? No. Quiere decir que, con un desconocimiento generalizado sobre el rostro de Cristo, la representación lógica era la de una especie de efebo davídico, de cabellos rubios, angelical, divinizado, muy a la romana.
El Christo Sole. Mosaico del siglo III. Basílica de San Pedro.
La representación de Jesús, imberbe por los motivos arriba descritos, se muestra tras un gran sol. Trasciende la pugna del Sol Invicto, en la que Aureliano luchaba por adjudicar el 25 de Diciembre para adorar al Dios Helios, y los cristianos para conmemorar el nacimiento de Jesús. ¿Esto quiere decir que hubo una mezcolanza teológica entre el paganismo y el cristianismo? No: esto quiere decir que hubo una mezcolanza meramente iconográfica y festiva entre el paganismo y el cristianismo. ¿Entonces el 25 de Diciembre es sólo una conmemoración simbólica, sin ninguna base? No lo diría así. La fecha pudiera haber sido recogida por la tradición, y de hecho el monje Dionisio el Exiguo la calculó con el resultado de ese día. Si la tradición recordase el nacimiento de Jesús en otra estación del año, hubiese podido escoger perfectamente otra festividad igualmente importante que entroncase con otra efeméride romana ¿Y fue realmente el 25 de diciembre? Si ofrecen dudas los cálculos de Dionisio, más dudas ofrecen los cálculos de otros estudiosos actuales que le contradicen pero que también se contradicen entre sí. En definitiva, nada sabemos a ciencia cierta. Ni siquiera es orientativo que los pastores de Belén pernoctasen a la intemperie para garantizar la teoría de que Jesús nacieses en verano, pues quien ha hablado con agricultores ya ancianos, habrá podido saber de primera mano que ellos en su juventud dormían necesaria y frecuentemente a la intemperie, ora invierno ora verano, con una hoguera y una piedra por almohada. Pero para quien le preocupe la fecha, ha de saber que nosotros no conmemoramos la exactitud de un día, sino el acontecimiento del nacimiento del Señor, y el 25 de Diciembre se ha vuelto tan universal y por ende evangelizador, que debemos respetarlo.
1) Cristo del plato de Linares, del s. IV. 2) Cristo Doctor. Siglo IV. y el Museo de las Termas de Roma.
Otras representaciones de Jesús imberbe. ¿Las razones? Las de El Buen Pastor, del Siglo II.
Pantocrátor del Sinaí. Icono ortodoxo del siglo VI
Por fin se llega a la iconografía que todos conocemos. ¿Debido a qué? Debido a la Sábana Santa, sin duda. ¿Y las pequeñas diferencias con la síndone original? Pues se deben a que una representación basada en la Sábana Santa no tiene por qué ser una copia exacta. No parece lógico que cualquier pintor que quisiese representar a Cristo se pusiese con el caballete y la paleta delante de la reliquia, sino que más bien, tras el conocimiento de la misma, se estandarizase la imagen de un Jesús con barba y cabello largo, cosa que histórica y racialmente parece ser más realista. ¿Y por qué en el siglo VI? ¿Acaso la Síndone es una falsificación que no apareció hasta esa época? Es gracioso, porque los que se afanan por decir que la Sábana Santa es falsa, la catalogan como mucho más moderna, hacia el siglo XIII-XIV, por una inválida prueba del carbono 14 (inútil para objetos sometidos a incendios o láser, como es el caso). Como abundan las evidencias de su existencia anterior, por la profusión de pinturas basadas en la misma, recurrieron a la excusa de argüir que había una Sábana Santa antigua y un duplicado nuevo. ¿La primera Sábana Santa falsa es del s. VI y la segunda del XIII? Parece poco probable. Más bien, siempre fue la misma, siendo el conocimiento de la reliquia no tan extendido en los comienzos de la cristiandad, entre otras razones porque hasta el s. IV nuestra religión estaba prohibida y perseguida. Desde la legalización del cristianismo, era cuestión de tiempo que la imagen del sudario inspirase a todos los artistas. ¡Qué importancia ha debido de tener para que hoy sólo conozcamos este tipo de representación de Nuestro Señor! Podemos estar bien seguros de que el rostro de Cristo se asemeja al del Pantocrátor del Sinaí. Las otras, meras alegorías.