| 16 enero, 2015
https://www.youtube.com/watch?v=cKvKO2V-a_w Sin entrar en detalles, la reacción de Francisco es la esperable de cualquier católico. La libertad de expresión tiene unos límites.
«Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si el doctor Gasbarri, un gran amigo, dice una grosería contra mi madre, le espera un puñetazo. ¡Es normal! ¡Es normal!».
Esta línea de no comulgar con ruedas de molino ante los que blasfeman es la que esperamos y aplaudimos de un pontífice.