Es bastante normal plantearse esta pregunta. Si quieres al prójimo y a Dios, ¿por qué van a tener importancia disquisiciones sobre la Trinidad, sobre la Inmaculada Concepción, o sobre la asunción de la Virgen? Pues responderé de manera sencilla: 1) La creencia en acontecimientos puede parecer un asunto de índole no moral. Pero rechazar a Cristo y lo que dice, así como su obra, entre la que se incluye Su Iglesia, con todos los poderes que narra el Evangelio, y el no confiar en la doctrina que ésta conserva ya sí es un asunto moral. Rechazar a Dios es algo moral.
El que a vosotros escucha, a mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió. (Lucas 10:16)
2) Somos lo que creemos. Somos lo que pensamos. Si yo soy seguidor de Hitler, está claro que eso no será algo extrínseco a mi moral. Si yo creo que la vida no tiene sentido ni valor, me puede llevar al asesinato o al suicidio. Si yo creo que mi inmolación contra infieles me llevará al cielo, esa creencia me configura. 3) Los dogmas no son inventos, sino confirmación del cuerpo de la fe cristiana (la de ayer, hoy y mañana) apoyada por los Evangelios y la Tradición (importantísima pues nos transmite, generación a generación, doctrina y elementos no escritos de la fe). A veces estas confirmaciones resultan evidentes y otras son fruto de las conclusiones teológicas que nacen de otros principios fundamentales. Alterar los principios primeros afectaría a los segundos, pero es necesario definir los segundos pues su constitución afecta a los primeros. 4) Es dogma de Fe que fuera de la Iglesia no hay salvación. 5) Teológicamente las creencias son importantes. Aunque pensemos que los detalles no alteran lo fundamental, sí lo hacen. Configuran la realidad. Un ejemplo: María es necesariamente virgen por la divinidad de Jesús. Son conceptos que los no aventurados en teología quizás no comprendan o no consideren capitales, pero que lo son. Y si se omiten o se niegan, se quiera o no, se entienda o no, cambia la figura de Jesús mismo. La letra pequeña, aun cuando no es demasiado leída, trasciende. Muy pocos han leído a Nietzsche pero su filosofía influyó decididamente en su tiempo. 6) La Teología católica con letras mayúsculas tiene que mantenerse y defenderse punto por punto. Es como un fractal. O más sencillo, como un árbol de parra. Cortas una rama que no crees fundamental y caen las veinte que nacen de ella. Cambiar una coma en lo aparentemente intrascendente puede tener consecuencias peligrosas. Por eso es necesario conservar intacto el árbol. 7) ¿Y qué consecuencias tiene no tomar el árbol como es en su totalidad? Pues tener una fe desfigurada y demostrar no confiar en la Iglesia en cosas esenciales. ¿Y por qué la fe desfigurada? Pues porque no es lo mismo querer a una esposa sabiendo quien es de verdad, con su personalidad, carisma, defectos y virtudes, que descubrir que es una persona con características muy distintas. Has estado creyendo, confiando, teniendo fe, en otra persona, en otra cosa, aunque en apariencia semejasen ser lo mismo. 8) ¿Y la gente que no puede creer en ciertas cuestiones por ignorancia? Pues confiemos en la misericordia de Jesús, que es la que nos salva. Desde luego si esa persona cree por ignorancia que la noche es el día se encuentra en serio peligro. Lo quiera o no, esto tendrá consecuencias. Además, si tiene ojos y entendimiento, algo de responsabilidad tendrá en ese error. Sin embargo, imaginemos que sabe que la noche es noche, pero le es imposible conocer las estrellas. Pues se encuentra por el buen camino. Ojalá un día las descubra, pues no sabe lo que se pierde.
que excelente dialogo …me gustaría mucho aprender mas de veritasetvita, me gusta mucho su lógica de la iglesia, solo llevo poco tiempo como converso católico ,antes era testigo de jehova. mi correo :[email protected]
Pero bueno, ¿creemos en Jesucristo o en el Denzinger? A Cristo lo he leído en los Evangelios; a Denzinger no lo he leído, ni yo ni el 0,001 por ciento de los 1.200 millones de católicos, ni ningún santo antes de Denzinger…
«Es dogma de Fe que fuera de la Iglesia no hay salvación»
Habrá que definir «fuera», «iglesia» y «salvación»…
«Confiemos en la misericordia de Jesús, que es la que nos salva»… lo único relevante del post en la vida real de la gente real, que es la que Cristo salva.
Vamos a ver, los que nos consideramos creyentes, seguimos a una persona que está viva (Jesucristo) a la que hemos conocido a través de la experiencia de un encuentro vital por la acción del Espíritu Santo.
¿Que quiero decir con esto? Que la experiencia de la fe se basa en un encuentro vital, personal, intransferible que lleva a la transformación personal y al cambio de vida.
Después, las doctrinas, teologías, dogmas, catecismos, etc te ayudan, son necesarios, sí, los seres humanos necesitamos ordenar y sistematizar como seres racionales lo que creemos; pero cuidado, que esto son medios e instrumentos que también pueden ser cambiantes en sus formulaciones, lenguajes, categorías filosóficas, etc.
Nosotros no seguimos dogmas o doctrinas, seguimos a una persona viva y dinámica en la que hemos descubierto una fuente de vida inagotable. ¿La teología es necesaria?, sí, pero entendiéndola bien, no haciendo de ella una ideología. Pensemos en cuanta gente se ha aprendido de pequeño el catecismo de memoria, pero no ha penetrado en el misterio de la fe, se han quedado en categorías conceptuales «que había que creer», sí o sí, pero sin hacer un camino espiritual de personalización de estos contenidos dogmáticos. Todo se quedó en algo teórico sin experiencia vital, y así se alejaron de la fe (si es que alguna vez la tuvieron) y de la Iglesia.
Disiento parcialmente. No hay que creer «en los dogmas». Hay que creer en las realidades por ellos expresadas. Expresiones siempre imperfectas, pues imperfecto es el lenguaje humano para expresar cosas sobre Dios.