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El Papa Francisco y Trump

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El Papa, capaz de ser amable con los Castro y hasta con Lutero, solo ha dicho de una persona en la tierra que no es cristiana: de Donald Trump. Contra todo pronóstico ha ganado las elecciones.

También fue injustamente duro contra los que no querían un pacto con las FARC, que pasaba por regalarles 10 diputados. Dijo que si alguien votaba por el NO, hería el alma. Pues el NO ganó contra todo pronóstico.

A Macri también le regaló, según propias palabras, su cara de pepinillos en vinagre.

Creo que el Papa Francisco debería ser más prudente y moderar el juicio a los demás, sobre todo a los conservadores. Además, él repite bastante aquello de no juzgar. Su imagen sufre, resta credibilidad, y encima se insulta gratuitamente al presidente de la nación más poderosa del mundo. No creo que sea un ejercicio de diplomacia vaticana. Tampoco de inteligencia o coherencia, sabiendo que Hillary es pro-aborto, pro-homosexualismo, pro-ideología de género, y pro-guerra de Siria (¡ay, la guerra! ¡los refugiados!), puesto que la administración demócrata estaba en la línea de quitar como fuese a al-Ássad para restarle influencia a Putin en Oriente Medio.

Esta posición del Papa me recuerda a la de muchos medios de comunicación españoles. Los de izquierdas reafirman su identidad demócrata diciendo que no es demócrata que ganen las elecciones los del bando contrario. Los de derechas sacuden sus complejos insultando a los conservadores allende las fronteras para que en casa les perdonen la vida. Ya saben: si eres conservador, al menos tienes que sacarte el carnet democrático vilipendiando a Bush, Trump o Reagan. Hasta lo comparan con Pablo Iglesias, si bien aún no he visto que promueva un movimiento llamado «rodea el congreso», expropiar propiedades privadas, hacer escraches, enorgullecerse de algaradas con cócteles molotov, o decir de tal o cual terrorista que es un agente de paz. Y es que debe ser un diablo quien promete que va a hacer cumplir la ley en tema inmigración. Es simple: si no tiene usted permiso para residir, no tiene permiso para residir. Pero España no entiende eso, porque ya saben que si por ejemplo en Murcia, por un poner, más de la mitad de los residentes fuesen árabes, los murcianos estarían contentísimos.

Pues en este mundo, resulta que al final no siempre tienen que mandar los lobbies, en línea con lo que estaba pasando: lobby gay, lobby hollywoodiense, lobby inmigración, lobby medios de comunicación… Quienes votan dan sorpresas y no siempre aceptan ser lobotomizados por el furibundo stablishment de los medios de comunicación. Desde luego, vaya proselitismo han gastado en contra de Trump. 

En lo que respecta a la Iglesia, cada vez más católicos se dan cuenta de que un chascarrillo ingenioso o una portada de los Rolling Stones no tiene por qué fortalecer la Fe. Sí lo hace una liturgia piadosa, coherencia en la doctrina y sobre todo la gracia santificante.

Prudencia, Su Santidad. Prudencia.

Comentarios
3 comentarios en “El Papa Francisco y Trump
  1. Más que de victorias, en estas elecciones hay que hablar de derrotas y el gran derrotado ha sido Bergoglio, quien apostó por la Hilaria más abortista y pro gender que jamás se había visto, en sintonía con el mundialismo. Ha sido la segunda gran derrota en menos de dos meses, despues de la victoria del no en el referendum sobre el pseudo acuerdo de pseudo paz y gender en Colombia, a pesar de las presiones bergoglianas.
    Después de dos derrotas clamorosas y sucesivas, ha llegado la hora de que Bergoglio se retire a la Pampa argentina con el derrotado presidente Santos, con la eterna candidata Hilaria y con alguna obispa lésbica sueca. Los católicos se lo agradeceremos y hasta le felicitaremos por tan ecuménico gesto.

  2. La respuesta de Trump ante aquel error de Su Santidad fue bastante más prudente.
    Trump contestó: «El Papa desearía y rezaría por que yo fuera presidente si el Vaticano fuera atacado por el Estado Islámico»
    No dudo de la buena intención del Papa, ni de su sensibilidad por los muros con que las fronteras son defendidas en todo el mundo, incluidas Ceuta y Melilla, pero lo que no es cristiano es que una nación donde ya existe paro y dificultad presupuestaria para impulsar su desarrollo y la creación de puestos de trabajo, deje de proteger al prójimo más prójimo, es decir a sus ciudadanos que buscan empleo.
    Lo que todos los cristianos, liderados por el Papa, debemos hacer en favor de quienes pretenden venir a naciones donde no hay trabajo, es exigir a la ONU que cese su despilfarro en programas aberrantes como los de reducción de natalidad, aborto e ideología de genero incluidos y dedique esos y más fondos a construir infraestructuras hidráulicas y energéticas para el desarrollo de los paises origen de esas migraciones y por supuesto condenar las intervenciones extranjeras en países en conflicto, salvo circunstancias extremas y bajo bandera de la ONU.

    Y me sumo a la petición de nuestro blogger: Prudencia Santidad, prudencia y no confunda la caridad incuestionable con la tolerancia inexcusable.

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