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«Mujer, he ahí a tu hijo» y una conversación sobre Dan Brown

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1297025234_a4001eb1ac_b A propósito de las palabras de una meditación cuaresmal se ha terciado una conversación con un amigo cuya formación teológica se reduce a las lecturas de Dan Brown y de J.J. Benitez.   Convencido de que María Magdalena estaba casada con Jesús, y oyendo el pasaje en el que San Juan hablaba de Cristo en su cruz dirigiéndose a su madre («mujer, ahí tienes a tu hijo, luego dijo al discípulo: ahí tienes a tu madre»), aproveché la ocasión para interpelarle, desarrollándose una conversación parecida a ésta: -YO: Curioso, que estando junto a la cruz la Virgen María, su hermana, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena; a quien se dirigiese Cristo antes de morir fuese a la Virgen y a su discípulo. Poca deferencia hacia María Magdalena si como supones era su mujer. -AMIGO: Bueno, quizás el Evangelio quiso ocultar la relación de Jesús con María Magdalena. -YO: Pero resultaría contradictorio. Si querían ocultar una relación, ¿por qué no omitir la existencia misma de María Magdalena?Eso no alteraría para nada la esencia del Evangelio. -AMIGO: Quizás… no supieron hacerlo. -YO: Quizás es que como no había nada que ocultar, se hablaba con normalidad de ella como se habla con normalidad de la esposa de Cleofas. -AMIGO: Eh… -Yo: Y otra pregunta: si Jesús tuvo hermanos de sangre, ¿por qué tuvo que dirigirse a San Juan para decirle: «mujer, ahí tienes a tu hijo, luego dijo al discípulo: ahí tienes a tu madre»?). -AMIGO: Quizás San Juan era su hermano de sangre… el hijo de María. -Yo: Pero eso no tiene sentido. Entonces el Evangelio hubiese dicho «y Jesús se dirigió a su hermano» en vez de «y Jesús se dirigió al discípulo a quien Él amaba»; entonces no diría «y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa». Además cuando Jesús escogió a los discípulos, a Juan se le presentó como hermano de Jacobo (Santiago), hijo de Zebedeo, y compañero de Simón (Pedro). -AMIGO: Pero el mismo Evangelio dice que Jesús tenía hermanos. -YO: Pero el término hermano, en griego koiné, la lengua con la que se escribió el Evangelio, tenía un significado más amplio. De hecho en el Génesis se dice que Abram y Lot se separaron por ser hermanos, cuando su parentesco era de tío y sobrino. -AMIGO: Ehhh… -YO: Por cierto, ¿sabías que el Evangelio no dice que Jesús salvase a María Magdalena de ser lapidada?  -AMIGO: ¿Cómo? -YO: No. El Evangelio no dice a quién salvó Jesús de ser lapidada. Solo la identifica como adultera. No dice prostituta, por cierto. O sea, probablemente fue alguien a la que le fue mal en su matrimonio y buscó «rehacer» su vida. -AMIGO: Entonces María Magdalena era adultera… -YO: No. El Evangelio no dice que la adultera del evangelio fuese María Magdalena.  -AMIGO: Bueno, eh… es que tengo algo de prisa y te tengo que dejar. Nos vemos otro día. -YO: Venga. Sí. Mucha información de golpe. Ya hablaremos. Hasta luego.

Comentarios
0 comentarios en “«Mujer, he ahí a tu hijo» y una conversación sobre Dan Brown
  1. Se le da una excesiva importancia a la literatura panfletaria de Dan Brown y a la película basada en su novela. Podría convencer a aquellos que nunca han oído hablar de Jesucristo, de los Evangelios o de la Iglesia pero, lo cierto, es que sin esas tres referencias la novela es incomprensible. Así que cualquiera que la lea conoce, al menos parcialmente, la vida de Cristo y de su Iglesia y sabe donde encontrar la verdaderas fuentes de su transcurrir por la tierra. Lo único llamativo sería la imagen que se da del «numerario» de la Obra quedando desmitificado cuando se habla con un auténtico ex miembro de la institución. La mejor adaptación cinematográfica de la vida de Jesucristo es, sin duda, «Jesús de Nazareth» (1977) de Franco Zeffirelli muy recomendable para estas fechas.

  2. Me recuerda a un caso igual hace ya muchísimos años: otro que tenía «interés» en la religión y le pregunté si estaba leyendo los evangelios. Me dijo que no, pero que había leído a Dan Brown. Lo mandé a freír espárragos. No fui muy caritativo pero me salió del alma.

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