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Los divorciados vueltos a casar no deben comulgar ni en castidad

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padre pío confesión ¿Por qué? Si en castidad no harían ningún mal. Pues sí lo hacen. Porque el problema no es sólo concerniente a la entrepierna. Volverse a casar significa apostatar del primer matrimonio. ¿Incluso en castidad? Incluso en castidad. El sólo hecho de contraer un segundo matrimonio es un acto de negación de la vigencia del primero. Si el divorciado se arrepintió tanto en su matrimonio como para pedir los papeles, ahora, arrepentido de haber contraído otro matrimonio, debería de solucionar también su situación práctica y legalmente. Me diréis… ¡¡Pero eso podría traer más males que bienes!! Y yo diré: más males que bienes si esa persona no está realmente arrepentida. Porque si lo estuviese no le quedaría otro remedio. E igual que hay novios que por sensatez, AUN QUERIÉNDOSE pero viendo que su noviazgo no va a ninguna parte por la razón que sea, deciden cortar, deben de cortar, y tienen que estar por encima del sufrimiento que esa ruptura supone, pues una pareja casada sin nulidad debe de poner su situación en regla y vivir en casas separadas. Que mantengan la amistad, y si quieren, hasta que vivan cerca y se apoyen mucho. Pero cada uno bajo un techo distinto. Voy a poner un ejemplo muy claro:

  • Feligrés: ¡Padre! me arrepiento de haber robado 100 millones de euros del banco. Me he comprado una mansión y un Ferrari pero estoy muy arrepentido. AHORA VIVO SEGÚN LA POBREZA EVANGÉLICA.
  • Sacerdote: Ah, vale. Entonces has devuelto todo lo que has robado, ¿verdad?
  • Feligrés: Nonono… Ni lo he devuelto ni lo pienso devolver. Pero estoy muy arrepentido y no pienso disfrutar de la mansión, ni del dinero, ni nada.
  • Sacerdote: ¡¡Hombreeeee!! Pero tienes que devolver lo que has robado si de verdad muestras arrepentimiento. ¡¡Eso es lo lógico!!
  • Feligrés. Padre… Eso traería más males que bienes. Así que por el bien de todos, no lo devuelvo, vivo en pobreza evangélica, y a comulgar.

Pues vaya. Así yo también robo y luego al cabo de unos años me confieso. Al menos el divorciado no corre el riesgo de que le metan en la cárcel. ¿Y si piensa devolver lo robado no puede comulgar ya? Bueno… ¿Y no es más lógico esperarse a devolverlo y ya entonces que comulgue? Me dirán, ¿pero si necesita la eucaristía ya? Bueno, con discreción y porque me fío de ti… pero devuelves las cosas MAÑANA MISMO.

Comentarios
0 comentarios en “Los divorciados vueltos a casar no deben comulgar ni en castidad
  1. Yo no pretendo que se derogue ningún dogma sino que se tenga en cuenta lo que realmente dijo Jesucristo relacionado con el divorcio. La Iglesia puede precisar el dogma de la indisolubilidad del matrimonio de manera que no entre en contradicción con las palabras de Cristo. Jesucristo también dijo que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, pero no que no lo pueda separar pues ni siquiera Dios ha prohibido el divorcio (Ley mosaica); aunque lo critique con una excepción. No es razonable ni justo pasar de castigar con la muerte el pecado de adulterio a impedir siquiera el divorcio al cónyuge. El sucesor de Pedro puede atar y desatar DENTRO de la Iglesia y en este caso puede hacerlo.

  2. Pues sí que es pecado grave manipular (mejor dicho) la palabra de Dios. Con esto no digo que creo que hayas manipulado. Más bien te salvo de acusarte de pecar gravemente por no ser preciso con la palabra de Dios, y además digo la verdad. No sé donde has visto esa versión de Mateo 5,32. Lo de «si se casa» te lo has (han) sacado de la manga. Ninguna de las muchas biblias que he consultado, incluido online, tienen esa versión. Así comprendo que estés hecho un lío. Lo mejor es irse al griego original: Si no dominas muy bien el griego te he buscado una traducción online. Debajo de cada palabra en griego viene su correspondiente en español, y a la derecha está ordenado todo en español para dar más coherencia. Rigor 100%. La traducción más exacta sería «mas yo digo que el que repudiare a su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casase con la repudiada, comete adulterio». Aquí tienes el enlace http://books.google.es/books?id=zB4aIY2DWuAC&pg=PA1&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=4#v=onepage&q&f=false

    Por cierto, también andas despistado con el tema de la autoridad de la Iglesia y del Papa, y con lo de la vigencia de la Ley judía (pero ya me da pereza entrar a tanto; consulta el catecismo que es lo que has debido de hacer en vez de hacerme perder tanto tiempo. Y que conste que lo digo sin acritud). Pero cuidado, porque si eres coherente con tu visión de la Ley, te va a tocar circuncidarte. Lee mucho, pero buenas lecturas. Y espero no pecar de inmodestia si te invito a que sigas leyendo este blog.

  3. Por cierto, a lo de » hace que ella adultere» le falta «si se casa». Te recomiendo una Biblia que diga algo así como «la expone». Es pecado grave no ser precisos con la Palabra de Dios.

  4. Antes de hacer mi comentario tengo que criticar el nombre de este blog ¿es que Jesucristo no sigue siendo sabio?

    En cuanto al asunto del divorcio lo primero que hay que reconocer es que cuando Jesucristo criticó el divorcio no estaba hablando del caso de adulterio, castigado con la muerte y del que dijo eso de que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. ¿Por qué se empeñan en mantener la incoherente traducción de los versículos 5, 32 y 19, 9 del Evangelio según san Mateo donde Jesús exceptúa ese caso? De san José está escrito que siendo justo decidió repudiar en secreto a su esposa (Mt 1, 19). ¿Acaso piensan que Jesús estaba criticando también a san José?
    La Ley mosaica permite el divorcio y Jesucristo afirmó que no había venido a abolir la Ley sino a darle cumplimiento (Mt 5, 17). Aunque es cierto que a la Iglesia se le dio el poder de atar y desatar lo que no puede es ser injusta ya que su justicia debe ser superior a la de los escribas y fariseos (Mt 5, 20). Lo que ya es el colmo del abuso es que desde la Iglesia haya quién pretenda que se prohíba el divorcio a toda la sociedad. Si ya es un abuso imponer comportamientos que en ausencia de fe resultan heroicos lo es mucho más cuando son injustos. Encima con esa actitud se fomenta la hipocresía de unos y el rechazo a la Iglesia de otros, ¡como si el anuncio del Evangelio no provocara ya suficiente rechazo! Quien comete adulterio es evidente que ha roto el vínculo matrimonial, en contra de la voluntad de Dios, y la Iglesia debería permitir divorciarse a su cónyuge. En el resto de casos, a los que se refería Jesús, son de aplicación las palabras de san Pablo: “A los casados, en cambio, les ordeno –y esto no es mandamiento mío, sino del Señor– que la esposa no se separe de su marido. Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que tampoco el marido abandone a su mujer” (1 Cor 7, 10-11).
    Cada vez es mayor el número de divorciados vueltos a casar y, ante esta situación de hechos consumados, si alguno desea reconciliarse con Dios y se arrepiente de sus pecados, la Iglesia debería acogerlo sin limitaciones y reconocer su nuevo matrimonio con la condición de que procure paliar en la medida de lo posible los perjuicios que haya podido causar. Aquí también se puede aplicar 1 Cor 7, 15: “Pero si el cónyuge que no cree desea separarse, que lo haga, y en ese caso, el cónyuge creyente no permanece ligado al otro, porque Dios nos ha llamado a vivir en paz”.
    Esta es mi opinión y espero que los responsables de la Iglesia sean coherentes y arreglen esta lamentable situación. Pidamos para ello la ayuda del Espíritu Santo (Lc 11, 13).
    Un saludo

  5. Realmente, Tomás, el convivir con otra mujer, sea casado o en concubinato, sea manteniendo o no relaciones, atenta contra el primer matrimonio, ya que el canon 1151 establece que los cónyuges tienen el deber y el derecho de mantener la convivencia conyugal, y eso es del todo incompatible conviviendo con otra persona distinta del cónyuge.

  6. Este argumento falla porque la Iglesia no reconoce la validez de los matrimonios civiles, de manera que no son matrimonios en cuanto que el cristiano solo puede casarse en Cristo y según la forma canónica, como decretó el Concilio de Trento en el Decreto Tametsi. Se los que han hecho una unión civil de este tipo y si se arrepienten y se abstienen de relaciones sexuales pueden comulgar si no es que no han cometido otro pecado mortal. Igualmente hay casos de personas que han vivido muchos años en concubinato (pues desde el punto de vista de la Iglesia para el cristiano no hay diferencia real entre el matrimonio civil y la mera convivencia) pueden arrepentirse, confesarse y si se abstienen de relaciones sexuales, y evitan escándalo, pueden comulgar. Esto se da conno poca frecuencia en el caso de personas mayores que han tenido una experiencia de conversión y el conviviente no, y no parece oportuno separarse, ni pueden casarse porque el otro no quiere.
    La posición expuesta en este post tilda de jansenismo.

  7. La nulidad del matrimonio no es un divorcio eclesiástico. Es demostrar que el matrimonio nunca existió. Que no fue válido. Eso siempre ha existido en la historia de la Iglesia.

  8. No entiendo, imposible la existencia de divorcio (negación del primer matrimonio) y aceptable tribunal de la Rota (anulación del primer matrimonio)

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