Es bien sabido que para manipular a las masas no es tan efectivo pronunciarse con opiniones de uno u otro signo como filtrar las noticias que han de trascender a la sociedad. Goebbels, el celebérrimo ministro de propaganda nazi, no se preocupó tanto de filosofar sobre la eutanasia como derecho (que también) sino de promocionar la película Ich Klage An (Yo acuso) donde la enferma Hanna ruega a su marido que acabe con su vida para no verse degradada por su enfermedad. Hoy día el ascenso de Podemos ha sido posible gracias, entre otras cosas, a poner la lupa sobre los casos de desahucio, drama que se quiere poco menos que prohibir, cuando a pesar de los pesares es una parte triste pero necesaria de todo sistema económico libre, pues aunque duela, no se podría prohibir la ruina o el no pago de una deuda en base a razones personales. Es decir, que si el que se endeuda sabe que si le van mal las cosas no tiene por qué perder su casa, entonces ni hay responsabilidad por parte del prestatario, ni los prestamistas tienen garantías de recuperar el dinero que dan, con lo cual se acaba con el necesario sistema de préstamos, al menos para los más pobres. Esto no quiere decir que SÍ sea legítimo prohibir contratos abusivos e ilícitos. Pero como dato conste que, si en 2014 han habido 34.860 desahucios de viviendas habituales según reporta el medio de izquierdas El País, y si multiplicásemos por 5 la cifra (174.300) teniendo en cuenta que la población en España es de 47,27 millones, el que parece el mayor drama de España afecta al año sólo al 0,36% de la ciudadanía. Por supuesto, como siempre va a haber deshaucios, y como siempre son un drama, aunque sólo hubiese uno, bastaría la casuística del reportero que lo capta con una cámara para conmocionar y manipular a un país. Técnicas de manipulación. Lo que deberían saber hacer los medios católicos es poner el acento en problemas sociales que merezcan nuestra atención y no en los del guión de los medios de comunicación mayoritarios. Por ejemplo, el preocupante envejecimiento de un país por la defenestración de la familia y la promoción del aborto; la insostenibilidad económica de ese tipo de países; o la falta de apoyo social de un ciudadano sin familia, cuando precisamente ese tejido social es el que primero ayuda al individuo por encima del Estado. Seamos astutos como serpientes (aunque inocentes como las palomas.)
Las noticias crean opinión
| 09 abril, 2015
Muy querido amigo: La Iglesia Catolica considero mal el préstamo con intereses durante siglos. Los que si lo admitieron fueron los luteranos. Esto (creo yo) da lugar a la actual concepción materialista de la sociedad.
¿Medios católicos?