La moral bienqueda

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politicamente correcto Parece mentira, pero hay gente cuya moral se reduce a una pantalla exterior con la que poder quedar bien. Este problema ya lo denunciaba Jesús con los fariseos. Hay casos estrepitosos en los que la dictadura de lo políticamente correcto les lleva a apoyar ponzoña ideológica. Pero hay casos más sutiles en los que gente aparentemente buena, moderada, deja mucho que desear al ser su ego el único faro de su moral. De rictus atrofiados en sonrisas y de vanidades de enanos morales,  nacen reflexiones hueras, sin sentido común, de aquellas dadas a rasgarse las vestiduras por la tragedia de un desahucio pero opuestas a meditar sobre si no es justo que cuando no se devuelve un dinero el donante pueda recuperar lo suyo en moneda o en el ladrillo que el deudor compró. Por supuesto, los contratos abusivos deben ser denunciados, pero este no es el tema. El tema es que una sociedad que sólo habla para ser vanagloriada, blogueros que emplean tanto tiempo para que su círculo de amigos le dé palmaditas en la espalda, veletas que se limitan a ser los altavoces del pensamiento de turno, a ver si cae alguna medallita, y en definitiva, borregos conducidos por borregos, tienen necesariamente que terminar muy mal.  La prueba del algodón. ¿Acaso el bienqueda hace algo más por el desfavorecido que cualquier hijo de vecino? ¿Lo poco que hace, suele ir acompañado de mucha publicidad? Qué bien los conocía Jesús…

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