El testimonio del invitado de hoy de Juan y Medio, en su programa de tarde en Canal Sur, no tiene nada de edificante pero es real como la vida misma. Un señor explica la malaventurada singladura de su matrimonio: Su novia, menor de edad, no podía casarse con él por impedimento del párroco. Como anécdota premonitoria, este dificultad se hizo difícil de solventar, pues a cada parroquia a la que acudían, allí estaba el mismo sacerdote. Al fin, encontraron a otro que les casó. Pasó el tiempo, trabajaron duro, y al segundo embarazo abortaron. Juan y Medio quiso no dejar traslucir que fue provocado, pero el invitado no tuvo esa prudencia. El médico le advirtió al marido: «si lo hacéis, al final ella te lo echará en cara y no te perdonará». Así fue. Mataron al niño y ella se fue volviendo más distante. Cada vez menos comunicación, cada vez más recelos, ya ninguna intimidad… Al final la mera presencia del marido le molestaba. Desgraciadamente, la cosa acabó en divorcio. Bien sabía el médico lo que iba a pasar. Debe de ser la norma. Un aborto es un aborto. Y por mucho que la madre se tape los ojos, ella siente a su hijo dentro. El pecado va de la mano de otros pecados y de la desgracia. Se llevó un niño por delante, y un matrimonio. Quizás también dos almas. Tres, incluyendo la del médico. Eso, como mínimo. Ojalá algún día encuentren consuelo como sólo pueden hallarlo. En el sacramento del perdón.
Juan y Medio y un testimonio de aborto

| 19 noviembre, 2014