La Comisión Episcopal de Ecumenismo y Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones (Ceerjir), junto con el Centro de Estudios Teológico y Filosóficos (Cefyt), invitan a participar en el curso virtual sobre ¨Ecumenismo¨, que ha comenzado esta primera quincena de junio. ¿Qué es el ecumenismo? Pues después del Vaticano II es el movimiento que busca la unión de los que creen en la verdadera Fe con los que no lo hacen. Al menos eso es lo que entienden en la época presente el 99% de sus defensores, incluidos los que dicen que para eso no es necesario renunciar a ningún dogma. Es preciso puntualizar que esta visión del ecumenismo es posterior al Concilio Vaticano II. Antes el término excluía a los no católicos, y prueba de ello es la tradicional denominación de los concilios como ecuménicos, incluidos los de Nicea y Trento. ¿Cual es el caballo de batalla para los ecuménicos, como bien refleja el cartel? QUE TODOS SEAN UNO PARA QUE CREAN EN MÍ. SIN EMBARGO, ESTA CITA ES ANTIECUMÉNICA. Antiecuménica en el moderno sentido de la palabra, claro. ¿Y por qué? Pues porque el ecumenismo no hace que en la Iglesia «todos seamos uno», sino que en la Iglesia seamos cinco de un lado, nueve de otro, un millón por allí, dos millones por acá… Es decir, si a fuerza de indefinir la Fe católica se busca aunar en su seno a gente con creencias distintas, ya no hay unidad sino división. Puede que división de gente que se lleva bien, que se reúne, pero división. Pensaremos de manera mucho más distinta los unos y los otros. Yo seré católico, pero cuando me siente en el banco de la misa, no sabré si el que se pone a mi lado es medio luterano. O lo peor, yo creeré ser católico, pero para llevarme bien con todos, no creeré en casi nada… con lo cual, salvo por ignorancia insalvable, no seré realmente católico. ¿Hay más unidad en una Iglesia Católica abierta a cualquier otra religión o ideología? ¿O hay más unidad en una Iglesia, Santa, Católica, Apostólica, que es solamente eso, y que tiene una sóla Fe profesada por sus fieles? ¿Y no renunciar a nada, sino sólo estrechar lazos? Evidentemente se tiene que renunciar a algo. Es decir, religiones o movimientos con intereses e ideas CONTRARIAS a la católica, no serán más amigas de Roma porque ésta les invite a una cena, sino porque se ceda ideológicamente en algo, o aunque sea, porque se renuncie a poner el acento en un punto en concreto de la doctrina, con el gran mal que esto causaría. Hay reuniones de judíos con obispos, en las que estos esconden los crucifijos para poder dialogar sin que la otra parte se sienta ofendida. Pues este no es el camino. Lo que son las cosas. La cita que usan de Juan, «que todos sean uno», no es que sea amiga del ecumenismo; no es que sea indiferente al ecumenismo; es que es enemiga del ecumenismo. Nuestro caballo de batalla, y no el suyo.
Inician curso Ecumenista en Buenos Aires. «QUE TODOS SEAN UNO» ES ANTIECUMÉNICO
| 13 junio, 2014
Bueno. ¿Seguro que indiferentismo? Mira este post en el que se habla de la opinión del Papa sobre el diálogo interreligioso; http://infovaticana.com/blog/cristo-era-sabio/ver-entrevista-al-papa-en-quatro/
Francisco predica este tipo de ecumenismo falso lo cual es sincretismo religioso e indiferentismo que son Herejía y Apostasía porque viola el primer mandamiento de no poner otros dioses delante del Dios que sabemos que es Trino. Ni siquiera el falso dios en el que ahora creen los judíos después de que rechazaron a Jesucristo porque el mismo Jesús lo dice que nadie va al Padre sino por el hijo. No hay mas caminos.