FRANCISCANOS DE LA INMACULADA, y un cuestionario infecto

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don vito

Varios medios, como AdelantelaFe, han publicado el cuestionario que Mons. Vito Angelo Todisco envió a los Franciscanos de la Inmaculada. La foto de Don Vito (ver arriba) lo dice todo. Y el documento también, al hacer preguntas viciadas que parten de presupuestos falsos e inducen a una respuesta equivocada, y ante la constancia de que lo que le preocupa a Don Vito (nacido en Sturno, no en Corleone) es la misa tridentina. Os dejo el cuestionario, y aporto las respuestas que bien hubiera podido escribir cualquier franciscano: Consideras que la introducción definitiva de la forma extraordinaria en el Instituto:

  • Es un bien:
    • SÍ (por qué…) Porque «definitiva» no quiere decir excluyente, y porque a día de hoy usamos prioritariamente el Novus Ordo, que convive con la Misa Tridentina. Nuestro amor a la forma extraordinaria se sustenta en que ésta es la liturgia bimilenaria de la Iglesia, y por tanto refleja admirablemente su espiritualidad histórica, amén de representar extraordinariamente la renovación incruenta del sacrificio de Cristo. Cosa que no quita que el Novus Ordo sea tan legítimo como el mal llamado Vetus Ordo. El recogimiento, solemnidad y trascendencia de la forma extraordinaria acerca a Dios, y lo que acerca a Dios, es bueno.
    • NO (por qué…)
  • Ayuda a la comunión entre los miembros:
    • SÍ (por qué…) Porque lo que acerca a Dios, acerca al hermano. Lo que aleja de Dios, la trivialización de la Fe, no crea verdadera comunión. No hay hermandad sin Cristo.
    • NO (por qué…)
  • Responde a las exigencias de la evangelización:
    • SÍ (por qué…) Porque a las pruebas nos remitimos. Estamos creciendo con fuerza, al contrario que las congregaciones más secularizadas. Porque ningún joven quiere cambiar por una oferta de vida tibia, y sí por una trascendente. Si evangelizásemos como simple comunidad vana, de esas que se cogen de la mano pero que no soportan estar una hora a solas ante el Santísimo, ganaríamos fieles tibios, desnortados, frívolos, de aquellos que se apuntan a actividades o ágapes varios pero que no se preocupan de transmitir la Fe a sus hijos. Si se evangeliza sobre una Fe firme, trascendente, coherente y ortodoxa, la comunidad religiosa se cimienta en firme y tiene posibilidades de mantenerse generacionalmente.
    • NO (por qué…)
  • Responde a las exigencias espirituales del hombre contemporáneo:
    • SÍ (por qué…) Porque hoy, en el siglo XXI, estamos creciendo, a diferencia de las congregaciones secularizadas. Ya quedó explicado en la pregunta anterior. Cielo y tierra pasarán, más mi palabra no pasará.
    • NO (por qué…)
  • Responde a los deseos del Superior General:
    • SÍ (por qué…) Sí. ¿Por qué? No lo sé. Debería de preguntárselo a él, tal como hace con nosotros, dándole la tranquilidad de que podrá responder libremente sin que por ello haya repercusiones.
    • NO (por qué…)
  • La pide el Concilio Vaticano II:
    • SÍ (por qué…) Al menos lo que está claro es que no podría negarla, ya que el Concilio Vaticano II finalizó en 1965 y la Nueva Misa no se promulga hasta 1969. En el CVII, a pesar de contemplar que se dé mayor cabida a las lenguas vernáculas, en el cap VI, 113 de la Sacrosantum Concilium se pide el uso del latín en el rito latino salvo derecho particular, y en la Instrucción Musicam Sacram, cap VI num. 47, pide que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del Ordinario.
    • NO (por qué…)
  • Responde a la “mens” del Santo Padre:
    • (por qué…) Formalmente, no cabe duda. Es decir, las intenciones del Santo Padre las conoce el Santo Padre, pero el ejercicio de su pontificado se hace a través de disposiciones, motus proprios, el derecho canónico, etc. Es del todo legítimo realizar la Misa Tridentina, ya que la avala el vigente Motu Proprio Summorum Pontificum, y sobre todo, dado que Pío V la estableció a perpetuidad. Si el Santo Padre desease cualquier cosa, lo recto es redactar o cambiar disposiciones y normas. Mientras no lo haga, tanto él como nosotros estamos sujetos a las vigentes, y es nuestro derecho y obligación someternos y/o hacer uso de ellas. En todo caso el Santo Padre ha declarado reiteradamente que desea ser misericordioso con los que no piensan igual y con las distintas sensibilidades de la Iglesia. Si nosotros somos distintos pero firmes en la Fe, no debería de haber ningún problema.

Pues estas podrían ser unas buenas respuestas. Y que conste que el que aquí escribe asiste encantado a la misa del Novus Ordo, que es la que se celebra en mi parroquia.

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