Comunicado de la diócesis de Cartagena:
«1. En relación a la polémica suscitada en el contexto de una Primera Comunión sobre la comunión de las personas divorciadas y vueltas a casar, este Obispado recuerda lo que al respecto dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1650: “Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales…”. No obstante, el Catecismo de la Iglesia Católica recuerda en el número 1651, que “Respecto a los cristianos que viven esta situación y que con frecuencia conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar pruebas de una atenta solicitud, a fin de que aquellos no se consideren separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados: ‘Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad a favor de la justicia, a educar sus hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios’ (Juan Pablo II, Familiaris Consortio nº 84)”. 2. Con respecto al tema de las limosnas por los sacramentos, la Iglesia ha invitado siempre a los cristianos a sostener sus actividades, pero respetando en todo momento la libertad de los hijos de Dios y las posibilidades de cada persona.»
Pues es una muy buena noticia. Desde aquí nuestra felicitación al obispo Mons. D. José Manuel Lorca Planes. En vez de dejar solo al párroco, como si la cosa no fuese con él, sale al quite, responde con el catecismo y comparte su cruz. Es lo que tiene que hacer un buen pastor. No todos son así. Desde este blog no solo se denuncia lo malo, con intención de que no se repita, sino que se elogia lo bueno por justicia y, por qué no, a ver si algunos siguen el ejemplo. Felicidades, Monseñor.