Así ha hablado el filósofo Gregorio Luri en una entrevista: «Cada vez que oigo a un maestro defender que su trabajo no es transmitir conocimientos, sino hacer felices a sus alumnos, me compadezco de estos. Tienen muchas posibilidades de salir de la escuela infelices e incultos». Luri expone cosas muy obvias pero que hoy día no lo parecen tanto. La vida no es de rosa, y si educas evitando los problemas, más dura será la caída. La firmeza, la severidad, no es el odio de quien la aplica, sino la responsabilidad del que sabe que sin ésta, estaremos condenados a ser unos eternos indignados y frustrados que no aceptan la realidad. Ahora desde este blog se propone una segunda reflexión. La educación en la vida religiosa y en la fe. Si a los niños tampoco se les educa en la oración, en la responsabilidad e importancia de la misa, en la adoración a Dios, en la Fe como vida, e incluso en la MORAL católica, en aspectos que por niños que sean conocen perfectamente, como el divorcio, el aborto, la eutanasia, las críticas a la Iglesia, etc., quizás por pensar que todo eso vendrá luego, estaremos criando a futuros ateos. La entrevista completa a Luri aquí: http://www.abc.es/familia-educacion/20150427/abci-profesor-feliz-hijo-201411271130.html#.VT3Nofm-D1g.facebook
Desconfiad del profesor que quiere hacer feliz a vuestro hijo
| 29 abril, 2015
Buenos días:
Quiero enviar un comentario/respuesta a JuanM que envio a su vez un comentario al texto titulado: Desconfiad del profesor qeue quiere hacer a vuestro hijo feliz.
En primer lugar congratularme al ver escrito alguna de las cosas que en muy pocas ocasiones he podido decir y comentar fuera de los círculos familiares.
Como supongo que no tengo mucho espacio no voy a incidir en lo que ha dicho JuanM. Soy profesor de secundaria y una cuestión muy importante: que seamos pocos implica(como si fueramos «legión») estimado compañero que tenemos racional y moralmente que pensar si nuestra condición de sujetos en nuestro trabajo, en nuestra vida personal y en nuestra condición de habitantes/¿participantes? en esta sociedad y esta cultura nos interpela a «algo más».
La sociedad, pero de forma más trascendente, la cultura que se va desarrollando-también la educación, incluida la nueva ley del gobierno actual- es, pregunto, un asunto para pre-ocuparnos.. y ¿después ocuparnos…?
En infovaticana tienen mi email. Hay que pasar de la melancolía a la presencia pública… aunque todos no den la cara. ¿Por qué van a seguir haciendo lo que hacen tan cómoda y satisfactoriamente para sus intereses?
Una de las cosas que más me decepciona de mi trabajo (profesor de secundaria) y de las que me abaten el ánimo más por no ver salida a este desastre en la Enseñanza y, por ende, en lo que se está sembrando para la sociedad, es eso: ver que la mayoría del profesorado ha asumido las tesis rousseaunianas de que el centro de la labor del enseñante (esto que hay ya no son ni maestros ni profesores) es la FELICIDAD del niño. No hay que mandarle muchos deberes; ¿qué no entiende la lección?… ¡ADAPTACIÓN CURRICULAR! es decir, bajamos el nivel. ¿Que te revientan una clase?… a tragar: «es que sus padres están separados y hay que entender que…»
El jueves no se puede hacer el examen porque el martes llegaron de una excursión y no han tenido tiempo de estudiar. Y pobre de ti como no llegues al aprobado de al menos un 70%, los propios compañeros ya te empiezan a mirar con cierta sospecha.
El otro día, con motivo del asesinato de un compañero en Barcelona por un alumno me llegó un correo de un sindicato en el que todo quedaba justificado, como no, por la falta de medios, de dinero vamos, y de la carga de horas LECTIVAS en detrimento, como no, de horas para el «conductismo» psico-pedagógico. ¿Que qué es eso?… pues ni más ni menos que la herramienta de la que se sirve la pedagogía moderna para el masivo engaño y autoengaño de creer que al adolescente se le puede hacer en esta vida el paraiso. Curiosamente, muchos adolescentes han visto como el primer «paraiso» al que han tenido acceso, la FAMILIA, se ha desmoronado delante de sus narices; es decir, en última instancia, las plasmación de la UTOPÍA rouseauniana y socialista. Así nos va, creando auténticos «monstruos» de los que los mismos enseñantes se están quejando a diario. ¡Vivir para ver!…
Hay buenos profesores, sin duda, y que podrían recondudir la situación, pero, señores, son pocos y están hostigados ya desde los mismos centros.