Ayer TVE1 echó una película sobre el arzobispo de Madrid, Vicente Enrique y Tarancón. Nada especial que comentar. Tan sólo algo que me llama poderosamente la atención: Ante la dictadura de lo políticamente correcto, que ordena a la sociedad que asuma que la Iglesia no ha de meterse en política, TVE1 ofrece un panegírico sobre Tarancón que se basa precisamente en sus andanzas políticas en contra del régimen de Franco. No entrando ahora en juicio alguno sobre este obispo, ni en disquisiciones sobre los límites que la Iglesia debería (o no) autoimponerse en política, hay que reconocer que es una constante la hipocresía de un discurso estereotipo que porfía rabiosamente sobre el ostracismo al que se ha de condenar a la Iglesia en cuestiones de Estado, pero a su vez eleva a los altares a los prelados que abanderan causas políticas si éstas le son simpáticas. Esta incongruencia no es disimulada, ni justificada, ni falta que les hace. También me resulta curioso observar, con la perspectiva del paso de unos 40 años, cuál ha sido el resultado para la Iglesia y para el catolicismo en España de algunas de las posturas defendidas por Tarancón. El ayer no se parece al hoy, y el hoy es el triunfo de las tesis de este obispo, ya viejas, que aún quedan muchas revoluciones y primaveras por ver.
Curiosidades de la película de ayer de Tarancón

| 08 octubre, 2014
Pues sí, Tarancón fué un obispo de su tiempo, en una España de su tiempo, en el contexto de un siniestro y cruel dictador de su tiempo. Hoy esa y ésta España de nuestro tiempo, es una ruina moral, ética y religiosa en ésta podrida democracia de nuestro tiempo. Una pena.