La Palabra de Dios dice así:
¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones.
Ante lo cual, nuestra Hermandad declara lo siguiente:
Mediante la presente esta Hermandad se desvincula totalmente de la opinión vertida en Corintios 6:9 sobre la homosexualidad, cuya orientación sexual no es juzgada desde esta corporación, a quienes se les integra y se les da cabida tal y como pide nuestro Papa Francisco. Mostrándonos por tanto completamente en contra de este escrito.
Así mismo desde este momento se procederá a pedir las responsabilidades pertinentes sobre la publicación y gestión de pasajes del Evangelio, como grupo integrante de la Comunidad Parroquial de esta Hermandad.
Alguno sabrá a santo de qué viene esto.
No estaría de más que se leyera en todas las misas , para información de los fieles, la epístola de San Pablo a los Romanos (1; 24-27) o la 1ª a Timoteo (1,10) o la de San Judas
Es interesante traer este pasaje a colación pues considera al afeminado y al homosexual como actores de injusticia equiparándolos con los adúlteros, ladrones, borrachos,…
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La apostasía en la Iglesia es un hecho ya vislumbrado en su momento por Pío XII. ¿Y cuál puede ser el motivo de esa pérdida de fe? Sin duda, el pecado de simonía que es la absoluta desconfianza en Dios dentro de la Iglesia.
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¿En la Iglesia caben todos? Sí, excepto aquellos que pretenden comprar su favor y su autoridad, lobeznos con piel de cordero. El papa Francisco no se equivoca porque la oración de su antecesor es poderosa.