¿Colombia opta, según Francisco, por la guerra y por herir el alma?

Ante el referéndum por el plebiscito de acuerdo con las FARC, el Papa se aventuró a hacer una apuesta personal demasiado fuerte en un asunto que no va de la mano de la doctrina católica, con juicios de valor exagerados e hirientes:

«Tengo que decir que el presidente Santos está arriesgando todo por la paz, pero veo también otra parte que está arriesgando todo para continuar la guerra. Esto hiere el alma”

Esto dijo el Papa antes del referéndum, con lo cual hoy se podría colegir que la mayoría de los colombianos arriesgan para continuar la guerra e hieren el alma.

Los insultó antes del referéndum pero esto no les ha condicionado. Lo que ha ocurrido es que ha sufrido la imagen de Francisco, o más bien de su influencia, al ser desoído en un asunto clave por la mayoría de los católicos y del país. Ya sucedió esto con el pontífice en otras ocasiones. Los encuentros que hizo con Kirchner o Maduro no influyeron en la imagen de estos gobernantes, y los gestos de antipatía hacia Macri o las descalificaciones a Trump, por el momento no mermaron su apoyo.

¿Qué es lo que sí hiere el alma con respecto a las FARC, a las que se les iba a aupar de terroristas a grupo político?

• Que matar a tanta gente haya tenido su recompensa. Sin esa sangre jamás podrían haber aspirado a ser legales y a tener 10 escaños en el congreso.
• Que proclamen inocentes de asesinato a los capos de las FARC, haciendo el falso juego de que en este grupo los que mandan matar son la rama política y los que matan los asesinos. ¿Acaso no son miembros de una misma organización criminal?
• Que eleven a categoría de delito político la pertenencia a un grupo asesino.
• Que los asesinos se sienten en los sillones del congreso.
• Que las FARC tengan poder legal y real sobre los ciudadanos,
• Que las FARC tengan acceso al censo y dirección de todos los colombianos.
• Que las FARC puedan mandar sobre la policía y el ejército.
• Que el partido de las FARC sea el más fuertemente subvencionado del parlamento, puesto que aunque nieguen el narcotráfico, sus antiguos socios seguirán con él y serán protegidos a cambio de repartir el botín.
• Que el partido de las FARC con sus diez escaños puedan influir en el gobierno mayoritario y formar parte del mismo en coalición.
• Que el partido de las FARC, si forma en coalición parte del gobierno, pueda legalizar de manera subterfugia el narcotráfico.
• Que se mofen de las víctimas, que las usen por enésima vez, pidiendo un perdón que no es sincero, sino que va condicionado por el ánimo de entrar en el poder.
• Que no se reconozca que son las FARC las que tienen que dejar de matar sin acuerdo ninguno, solo por el hecho de que no se puede ejercer el terrorismo.
• Que se culpabilice por la sangre de los inocentes al pueblo que padece y ha votado NO, en vez de a los asesinos que solo firman paz si les dan el poder.

Si mato a cambio de conseguir poder y me lo dan, no estoy abandonando ni dando paso a la paz. Simplemente he conseguido mis objetivos. Matar me ha servido y quien esté en contra de esta firma, hiere el alma. He ganado la guerra.

Colombia ha optado a que la guerra acabe pero no en derrota. Colombia ha apostado por la paz, puesto que tener a los asesinos en el parlamento no lo es. Con diez diputados se firman coaliciones de gobierno, y eso es lo más próximo a una dictadura que Colombia puede tener.