¿En qué casos puede comulgar un recasado sin nulidad?

¿En qué casos puede comulgar un recasado sin nulidad?

Pues está crudo. Algo que no entiende la gente es que la gravedad de volverse a casar no reside tanto en las relaciones sexuales como en el atentado contra el matrimonio que supone presentarse con «otro» cónyuge. Vamos a exponer distintos casos:

• ¿Qué ocurre si viven en castidad? Sigue el problema porque siguen presentándose con otro cónyuge. Es como si un joven que tiene pareja se presenta con otra novia, pero calma a la primera diciendo que al fin y al cabo su noviazgo paralelo es casto.
• ¿Pero con eso no estaríamos solo ante un problema formal, de darle importancia a un papel firmado del segundo matrimonio, que al fin y al cabo no tiene validez para la Iglesia? No, porque ese papel firmado es una declaración de intenciones. Una herejía firmada ante notario tampoco es un documento eclesiástico pero evidencia la apostasía pública y privada del firmante.
• ¿Y si dicen que viven como hermanos? Si viven como hermanos no se pueden presentar como pareja, a no ser que crean en el incesto. Los hermanos adultos no duermen en una misma cama, ni van cogidos de la mano, ni están enamorados.
• ¿Y si dicen que viven como hermanos y que no son pareja? Entonces no hay problema.  Aún así queda el buen criterio del confesor, de vislumbrar si es verdad y de aconsejar que tampoco vivan juntos. Esto es no solo para favorecer la coeherencia o evitar escándalo, sino lo más importante, para no insultar públicamente al matrimonio válido. Es decir, si el novio de una joven aparece con una «amiga» a la que ha amado, pero dice que ya no, que ya solo van a vivir juntos como hermanos, por mucho que advierta a su verdadera novia de su buena intención, la está ofendiendo y humillando consciente y públicamente. Esta ofensa ocurriría también si los novios se han «dado un tiempo para pensar» pero lo más importante, sin cortar. Y esta ofensa por supuesto ocurriría mucho más en caso de separación sin ruptura del vínculo matrimonial, que es la única separación permitida por la Iglesia, salvando las nulidades.
• ¿Y la separación no traería más males que bienes, sobre todo si hay niños de la nueva pareja? Ejemplo ultraminoritario, pero discutido como si fuese frecuentísimo. No hay mayor bien que la salvación. Bajo otro punto de vista, evitaríamos siempre hacer lo correcto para evitar nuestra cruz o la de otros. Qué curioso que la separación de una unión lícita se justifique cuando no son capaces de cumplir la voluntad de Dios, atreviéndose a hablar del bien de los niños, pero la separación de una unión ilícita no se justifique cuando lo que quieren es cumplir la voluntad de Dios, atreviéndose a hablar del mal de los niños. Además, ¿seguro que traería bienes educar a unos niños en la licitud del concubinato? ¿No estarían forjando en ellos el principio de que pueden casarse y recasarse? ¿Y si tienen hijos de su «anterior» y verdadero matrimonio, a estos no les ofende también la nueva familia? Lo lógico es que ambos eduquen a los niños de la unión ilícita sin presentarse como pareja, igual que la Iglesia aconseja ante embarazos no deseados en solteros no enamorados. La educación ha de hacerse con la suficiente caridad para no dañar a los niños en la medida de lo posible, pero haciendo lo que deben. El daño se produjo cuando decidieron tener hijos con quien no era su marido. Ahora que reconduzcan la situación lo mejor posible haciendo lo correcto.

Y salvo detalles discutibles, en líneas generales esto es así, se interprete lo que se quiera interpretar de la Amoris Laetitia, por coeherencia con los dogmas, el Evangelio y respeto a la eucaristía.