Carta de un polígamo misericordeado

|

polígamo Con acierto, el blog amigo Infocaótica ha escrito un post en el que se preguntaba por qué discriminar a los polígamos si hoy día parece que tal cosa no se debe de hacer con otras formas de unión ilícitas, tal como apuntaba el Cardenal Napier. A continuación os ofrezco el relato ficticio de un polígamo misericordeado. Si os parece inverosímil, y no las mismas actitudes ante otras situaciones irregulares, es signo inequívoco de que estas últimas son aceptadas implícitamente por buena parte de la Iglesia. «Soy un laico normal. Hace muchos años empecé a relacionarme con dos muchachas de las que me enamoré perdídamente. Yo no elegí enamorarme, incluso siempre creí en la monogamia, pero este amor profundo, esta atracción, es algo que no elegí. Ellas, de origen musulmán, también se enamoraron de mi e incluso aceptaron mi Fe. Mis padres son católicos de toda la vida, pero recuerdo que cuando les presenté a mis dos novias, Hamida y Najwa, fueron comprensivos conmigo, y a pesar de que no comparten mis principios hemos llegado a comer todos juntos en Navidad e incluso asistieron a mi boda polígama en Riad. Recuerdo que esta anécdota la contaron mis padres a un grupo de sacerdotes y todos aplaudieron emocionados. La verdad es que no he encontrado muchos problemas en mi vida de Fe. Yo y mis dos esposas asistimos los domingos a misa, yo llevo un grupo de oración en la parroquia, y tanto Hamida, como Najwa, como yo, comulgamos sin problemas porque sabemos que eso no es pecado. Todos nos tratan con absoluta normalidad, y jamás nadie nos ha llamado la atención. Sin embargo de un tiempo a esta parte, un sacerdote nuevo insistió en que el bien y el mal no son criterios subjetivos, y que la vida de los católicos tiene que estar en concordancia con el catecismo, no pudiendo acceder a la eucaristía aquellos que estén en pecado mortal o apostaten del matrimonio canónico. Muy disgustado, sin embargo leí que algunos obispos aconsejaban en estos casos la comunión espiritual, así que Hamida, Najwa y yo, la practicamos un tiempo sintiendo que participábamos en la eucaristía y estábamos en comunión plena con Jesús. Pero no nos fue suficiente. Si se puede hacer la comunión espiritual, ¿qué formalismo fariseo hace imposible la sacramental? Queremos comulgar plenamente en misa y exigimos que, si bien la Iglesia no puede cambiar la doctrina, cambie al menos la pastoral eucarística. Espero que se abra, porque no es justo que los doctrinarios cuelguen tan pesados yugos sobre nuestras espaldas.  De momento me indican que mientras esté en castidad puedo comulgar con mis dos mujeres. Y si caigo, pues a confesarse. Eso es estupendo. Hamida, Najwa y yo podríamos comulgar viviendo juntos y sin renunciar a nuestro matrimonio polígamo mientras no nos acostemos, y si nos acostamos, Dios nos perdona. Además, ha pasado mucho tiempo desde que me casé, y hoy, con mis 60 años, llevo una vida sexual poco activa, con lo que ni tan siquiera tengo que cambiar demasiado mis hábitos conyugales para acceder al sacramento. Espero que la Iglesia siga evolucionando y dentro de poco todos podamos comulgar teniendo relaciones sexuales en nuestras uniones polígamas. Si evoluciona hoy, ¿por que no mañana? Si Jesús acabó con el formalismo del Shabat, ¿por qué el Papa no va a acabar con la intransigencia de la absolutización monógama? Al fin y al cabo hay documentos que atestiguan que había cristianos primitivos que lo hacían.  De momento nos conformamos con lo que hay. Removieron al sacerdote doctrinario del que hablé, y nadie nos llama ya la atención por nuestra vida ni nos impide comulgar. Pero claro, queremos que la Iglesia en su totalidad cambie. Si no lo hace, nos sentiremos juzgados.»

Comentarios
0 comentarios en “Carta de un polígamo misericordeado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *