En la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, Benedicto XVI llegó a San Pedro sin hacer ruido, colocándose muy discretamente en el lugar reservado a los cardenales. No en el altar, ni en un lugar diferenciado de los obispos, sino como uno más. Dentro del orden de cardenales, es cierto que su sitio era preferencial por la cercanía al altar. Además como, a pesar de las similitudes que se han buscado en la historia, la figura del papa emérito es nueva, no hay protocolo establecido sobre dónde ha de ponerse. Pero no me negarán que, aunque sea visualmente, el sitio que se reserva a alguien que ha sido Papa, que no es moco de pavo, es impropio. No humilde, sino impropio ¿Se imaginan a Juan Pablo II, Pío X, o incluso Juan XXIII como papas eméritos, y sentados como si fuesen un cardenal más? Para mí es bochornoso. Dudo mucho que esta decisión haya sido tomada por el Papa Francisco. De estas cosas se ocupan otros. Tampoco de Benedicto XVI, que lo lógico es que se limite a aceptar ponerse donde le digan. Sea de quien sea la responsabilidad, por favor, un sitio con más dignidad para el que ha sido Vicario de Cristo en la tierra. Más teniendo en cuenta que fue él quien inició el proceso de beatificación de Juan Pablo II. ¿No hay nadie que diga nada?. Benedicto XVI, al aceptar esto, puede que demuestre su humildad. Quizás ni le de importancia. Pero es que la dignidad con la que requiere ser tratado no ha de depender de la humildad u orgullo que tenga, sino del reconocimiento y trato que es justo dar a quien ha sido cabeza de la Iglesia.
Benedicto XVI en un 2º, 3er…4º plano?
| 27 abril, 2014
Demos gracias a Dios.
El Señor no quiso que él se hiciera partícipe
de esa ceremonia, personalmente pienso que su presencia allí fue mas bien una señal de aliento al resto fiel. Al que le sea dado entender que entienda, amén.
Entiendo totalmente tu punto, pero me atrevería a decir que el mismo Benedicto XVI solicitó trato normal, esa es la humildad de nuestro Papa emérito.
Pues sí lo ha querido el es igualmente opinable, pues no es un cardenal más, y no olvidemos que sigue teniendo el tratamiento de Su Santidad y debería de tener un sitio a la altura de su tratamiento.
Y si lo ha querido él? Es muy facil comentar, criticar, dar opiniones, … pero no sabemos nada de cómo y por qué Benedicto XVI ha querido este trato. Recemos por la Iglesi, juntemos y no deshagamos y menos con «corridas» de sitios.