Lo de Osoro “inminente”, Martínez Camino Arzobispo de Madrid, el favorecido clero venezolano, San Juan de Ávila y la gran ausencia, Jesús Silva valiente

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Osoro meses después de aceptar ser Arzobispo de Madrid y tras la marcha de don Fidel Herráez a Burgos pidió que el Papa Francisco le nombrase tres nuevos obispos auxiliares. Le quedaba sólo uno, don Juan Antonio Martínez Camino, heredado de los años del Cardenal Rouco, y necesitaba tres más. Y como se dice en mi pueblo, parió la gocha.

Llegaron los trillizos Santos Montoya, Jesús Vidal y José Cobo, no les pongo el don delante porque fue el Papa quien les denominó “los mosqueteros”; comprenderán que a los mosqueteros no se les trata de don.

Quiero centrarme hoy en el que les da 1000 vueltas a Osoro y a sus mosqueteros. Y no lo digo por ofender a nadie, aunque algunas crean equivocadamente que es mi especialidad, sino por ser justo con nuestro obispo auxiliar, el mejor preparado teológicamente y con mayor celo pastoral de todos ellos, incluido el Cardenal-Arzobispo.

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Osoro ha creído estos años, que bien vetando la salida de don Juan Antonio Martínez Camino para cualquier diócesis española, bien colaborando con quien le veta; en definitiva, haciendo la gracia o siendo el gracioso, iba a conseguir caer tan bien al Papa Francisco que lo mantendrían hasta los 80.

Y no lo digo por decir, sino porque fue el mismo Osoro, quien nos vendió, durante una larga temporada, la burra de que el Santo Padre le había dicho que no se preocupase que él seguiría hasta los 80, que no pensaba jubilarlo antes.

Está claro que en la vida además de ser gracioso o caer en gracia, hay que valer. Del Papa no voy a dudar, por aquello de ser Vos quien sois, luego es evidente que fue Osoro quien se inventó que iba a estar hasta los 80. Otra mentira más.

El caso es que Osoro se va, y don Juan Antonio Martínez Camino se queda, de obispo auxiliar de Madrid, de momento.

Siendo don Juan Antonio Martínez Camino más inteligente que Osoro y sus mosqueteros, se le encargó un oficio que en un principio se consideraba menor, los Santos; tanto es así que Osoro se burlaba diciendo “este nos va a hacer Santos a todos”, por la impresionante capacidad de trabajo que ha demostrado tener a pesar de no contar con mucho equipo humano que lo ayudara. No calculó el peregrino que para hacer Santo a alguien, no se acepta entre las virtudes heroicas el ser o caer gracioso. Por tanto, Osoro no será Santo, ni de los de la puerta de al lado, ni de los de las segundas rebajas.

D. Juan Antonio Martínez Camino ha tomado esta responsabilidad pastoral encomendada, así, con responsabilidad. La propia de un creyente, y la que con más razón, se espera de un ministro ordenado. Unida a un celo pastoral que lleva grabado a fuego en su corazón, el del Principio y Fundamento, que tantas veces a meditado en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
“El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios Nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima” EE 23

No ha querido don Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, por gracia de Dios, ejercer su ministerio apostólico para caer en gracia ni ser gracioso, para nadie ni ante nadie. Lo ha ejercido con la conciencia de que, al final, lo que está en juego es “salvar el anima”, la propia y ayudar en lo posible a que salven la suya los que se le han encomendado a través del mandato del obispo diocesano.

Que don Juan Antonio Martínez Camino ha sufrido por este sin sentido, por este veto papal-arzobispal, es evidente. Pero creo justamente, que esa encomienda que Osoro le hizo, la de los Santos, ha sido precisamente la que más le ha ayudado a saber vivir esta hipócrita sinodalidad que deja a los mejores en el banquillo, con una paz interior propia de aquellos Santos que sabiéndose perseguidos y calumniados, o en ocasiones martirizados, sabían que todo era “para mayor gloria de Dios” y que el camino que Dios permitía era para “mediante esto, salvar su anima”.

Don Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y tan jesuita como el Papa Francisco nos ha edificado todos estos años con la humildad con la que está viviendo esta injusta e incomprensible situación. La archidiócesis de Madrid le quiere y lo valora, y con qué alegría le recibiríamos como Arzobispo titular, pero tranquilos los Vidales y Bastantes que ya sabemos que con el Papa Francisco, el Papa de la sinodalidad esto no sucederá. Nos es más que suficiente su testimonio de fidelidad humilde a la Iglesia, “lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera” que decía la Santa.

El “error” de don Juan Antonio Martínez Camino fue decir sí a lo que la Iglesia le pedía en aquel momento, el error del mosquetero carrerista Cobo también obispo auxiliar de Madrid fue decir sí a lo que la Iglesia le pedía en aquel otro momento.

Don Juan Antonio Martínez Camino sólo tuvo en contra el informe del Padre General de la Compañía de Jesús; el mosquetero Cobo sólo tuvo a favor el informe del peregrino, Osoro. Al final, los dos obispos auxiliares de Madrid. Uno inteligente, el otro listo. Uno valiosísimo, el otro insignificante. Uno por méritos propios, el otro por deméritos propios. Uno por Rouco, el otro por Osoro. Uno por Benedicto XVI, el otro por Francisco.

Algún jesuita progresista, y hay muchas opciones, habrá pensado “¿y le parece poco que el General dijese que no?” ¡Ay jesuitas clericales!, ¿dónde está la moderna Iglesia sinodal que predica e impone uno de los vuestros y a la que aplaudís hasta con las orejas?, ¿acaso la voz de vuestro General vale más que la del último bautizado? Ya sabemos que un comunista deja de serlo cuando encuentra a otro más comunista que él, lo mismo pasa con los contrarios al clericalismo; pues ya ven, una de las muchas deficiencias de lo sinodal.

Ahora sólo nos queda: Ver a quien encomienda los Santos el ya “inminente” Arzobispo de Madrid, que fue exactamente lo que dijo el Papa a los últimos sacerdotes madrileños que recibió. Ver cuanto tarda en ser nombrado titular de una diócesis este magnífico obispo auxiliar de Madrid. Y ver si se le acaba la cuerda al trepa de Cobo. “Dichosos los que crean sin haber visto”.

Osoro se va y nos deja en la Archidiócesis de Madrid una situación complicada con no pocos sacerdotes venezolanos. El criterio que tiene nuestra Archidiócesis de Madrid con los sacerdotes extranjeros que vienen a estudiar, es en primer lugar que vengan enviados por su obispo, y segundo que tienen un plazo limitado pero amplio para terminar sus estudios. Finalmente, una vez que los terminan deben volver a sus diócesis de origen para ejercer el ministerio sacerdotal, y reportar allí la sabiduría de la formación recibida, a favor del pueblo que les fue confiado y del que se separaron temporalmente para recibir mayor formación teológica.

Este es el criterio general para todos los sacerdotes extranjeros, que salvo excepciones se viene cumpliendo desde hace años cuando el Cardenal Rouco creará la Universidad Eclesiástica San Dámaso.

El trato de favor que se ha dado a los sacerdotes venezolanos, motivado exclusivamente por la amistad del Cardenal Porras con Osoro no es justo y muchos menos eclesial. Hoy, en el mundo muchas naciones viven situaciones como la que atraviesa el pueblo venezolano, pero sólo se ha favorecido de esta forma tan descarada a los clérigos que apadrinaba el Cardenal venezolano.

Una vez más Osoro ha creído que de la mano del Cardenal Porras caería gracioso a Francisco, y lo único que ha conseguido es dejarnos esta situación de trato de favor de no pocos sacerdotes venezolanos, vamos que menuda gracia nos deja el peregrino. Y la gracia es completa porque varios de ellos han tenido problemas de faldas unos y otros de pantalones, bien en Venezuela, en España y hasta uno que vino aquí corrido a gorrazos desde África.

En la Iglesia, por desgracia ha sido práctica habitual mover de un lugar a otro al sacerdote que producía escándalo, normalmente escándalo por razones sexuales, aunque no sólo. Parecía que con la memez de la “primavera de Francisco”, esto se iba a terminar por implantación de la tolerancia cero, pero se ve que la tolerancia depende mucho del tolerador y del tolerado, sino que le pregunten a don Manuel González Corps, a quien Osoro ha no ha restituido todavía de todos sus oficios.

Osoro es incapaz de decir al Cardenal Porras ¡basta ya!, o simplemente comunicarle que de la situación de estos sacerdotes venezolanos debe informar al Dicasterio de la Doctrina de la Fe. No, lo que le ha dicho es que estuviese tranquilo, que para eso están los amigos, para tapar las vergüenzas, y si de paso se consigue caer en gracia al Papa Francisco mejor que mejor.

Estos sacerdotes venezolanos desempeñan su labor pastoral en lugares donde económicamente salen muy beneficiados, hospitales, colegios, parroquias saneadas económicamente …. beneficiándose de sus ingresos no la comunidad cristiana que han dejado en Venezuela sino sus propios familiares, la inmensa mayoría ya han tramitado la nacionalidad española por si alguien tenías dudas de que no piensan volver a Venezuela, a varios de ellos ya se les ha incardinado en nuestra Archidiócesis de Madrid, prácticamente todos ya han traído a algún familiar a vivir a la casa parroquial con el fin de operarse de algún mal que por la situación de Venezuela allí sería costosísima o bien con la intención de comenzar el proceso par obtener el arraigo es España. No es justo ni eclesial que estos se sirvan de la Iglesia que peregrina en Madrid para priorizar la ayuda a su propia familia sin pensar siquiera en ayudar a la comunidad Cristiana que dejaron abandonada, para eso uno no se ordena y no se le debe ordenar.

La inmensa mayoría de estos sacerdotes venezolanos se han ubicado en el caladero de sacerdotes extranjeros que es lo que se ha convertido la Vicaria VIII, cuyo Vicario es Ángel Camino Lamelas; otro que se hace el gracioso para caer en gracia. Su Vicaria es un problema en si misma porque la ha llenado de un clero manejable, y él actúa sin otro sentido eclesial que el de dar gusto a Carlos Osoro, y fíjense que no digo al Arzobispo de Madrid. Y cuando en la Iglesia hay personalismos muy mala cosa.

Este sábado pasado, nuestro Arzobispo de Madrid ordenaba en nuestra Catedral de Santa María la Real de la Almudena a 13 nuevos sacerdotes. Sus últimas ordenaciones como Arzobispo de la capital de España. Ya todo para él tiene sabor a último. Sin embargo, nosotros seguiremos al lado de nuestras comunidades porque como nos decía alguna vez Osoro “tenemos esposa”, no como él que lleva cuatro “y con la que estás no es la tuya”. Estamos gozosos de que estos nuevos compañeros se hayan incorporado al presbítero diocesano venidos de realizadas eclesiales sin mucho olor a oveja pero con mucho celo apostólico, prueba de ello estas vocaciones.

Ayer celebrábamos en el seminario la fiesta de San Juan de Ávila, y como es tradición los 25 y 50 aniversario de los correspondientes sacerdotes. Que Osoro recoge lo que sembró, se puso de manifiesto en que ni en el libro biográfico de los homenajeados aparece el peregrino que este año también cumple 50 años de sacerdote. Ni un obsequio decente le habían preparado desde la Vicaria del Clero, imagino que sabedores de que no lo iba a agradecer, al menos no de corazón.

Don Jesús Mª Silva Castignani, conocido como Jesús Silva, ha hecho público que ha pedido al Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro que actúe de inmediato contra el también sacerdote Damián Mª Montes por sus manifestaciones contrarias al Magisterio y la doctrina moral De la Iglesia Católica. En público, con un par.

Señores vicarios aprendan de una vez a ser así de valientes, porque ustedes en su mayoría piensan igual que este joven sacerdote pero no se atreven a enfrentarse al Cardenal Osoro ni en público y lo que es más patético ni e privado. De ahí que ni uno sólo haya renunciado como renuncia un hombre, en sentido genérico, porque hasta la mujeres son más valientes que ustedes. Y peor aquellos que han tirado la piedra y han escondido la mano.

Que se ande con ojo este redentorista, porque cuando Osoro quiere lleva al Dicasterio de la Doctrina de la Fe, según qué cosas, y capaz es de pedirle la secularización.

Este artículo me ha salido demasiado clerical, espero que nadie me excomulgue por ello.

Comentarios
10 comentarios en “Lo de Osoro “inminente”, Martínez Camino Arzobispo de Madrid, el favorecido clero venezolano, San Juan de Ávila y la gran ausencia, Jesús Silva valiente
  1. Por casualidad me he encontrado este lamentable artículo hoy. Me pregunto quien es usted para hablar así de D.Carlos, el pueblo de Madrid que es el que tiene que hablar valora el trabajo y la dedicación de su Obispo y si Martinez Camino no ha llegado más alto, por alguna razón será, yo sí le conozco personalmente y por cierto no demadiado cercano.
    Felices con nuestro nuevo Obispo Don José Cobo con el que la Iglesia de Madrid caminará al lado del Señor y al que espero que el Espíritu Santo le ilumine en su nueva tarea, allí estaremos para acompañarle en todo.
    Me pregunto si D.Carlos le tiene que consultar a usted que amigos tener, ya quisiéramos muchos la amistad que él tiene con D.Baltazar.
    De los sacerdotes venezolanos se ve que sabe poco de lo que les pagan, eso que usted pretende que manden a Venezuela no les llega ni para gasolina aquí para los largos desplazamientos. Si usted tuviese un familiar enfermo no trataría de curarle? Y dígame que no, con tan buenos propósitos que tiene usted, seguro que nos les dejaba morir, porque sería el colmo que hiciera eso como cristiano. Qué sepa que todos estamos más cerca de abajo que de arriba y que igual mañana la vida se le da la vuelta y no tiene todas las comodidades que debe tener hoy y le toca pedir ayuda a otros para subsistir. Igual no tiene luz en casa o agua corriente o se ve en la calle como ha pasado a muchos actores españoles que habían tocado el cielo y acabaron en un agujero en el suelo.
    Qué el Señor le Bendiga y perdone. Por cierto estamos faltos de Sacerdotes, bienvenidos todos los que vengan, de donde sean y que se queden, ore por ello y ore mucho por todos los Sacerdotes del mundo.
    Del tema de faldas y pantalones hay que ver lo que sabe usted, como detective no tiene precio, será que usted tiene mucha imaginación tal vez.
    Piense dos veces antes de escribir.

  2. Y Jesucristo qué pensará de todo esto.
    Querría que los cristianos habláramos así unos de otros?
    Mucho que llorar, mucho que reparar,mucho que orar. Por favor señor que escribe así, no es mejor ponerlo todo en la oración y esperar un poquito lo que le diga el Espíritu Santo y la Palabra de Cristo antes de escribir así? . Por el amor que nos tengamos conocerán que somos discípulos de Cristo, y además el sacerdote ….ipse Cristo, …el obispo…aunque se diga indigno siervo…y los carismas? Y el carácter de la ordenación…y la edificación del Cuerpo de Cristo? Y el primer amor que no debe ser olvidado, la elección de Cristo, su invitación a seguirle…la santidad….la Gracia….el Principio y Fundamento de cada uno de nosotros ….

    1. Tranquila, Jesucristo es Dios, no piensa ni como usted, ni como yo. Es Dios y ya.
      El AMOR y la VERDAD deben ir unidos para que sean tal cosa.
      Usted si quiere siga sólo Orando, pero veo que le queda tiempo para leerme y se lo agradezco de corazón.
      Mira recé también por este elemento,

      https://es.churchpop.com/2023/05/09/sacerdote-corrige-falsa-doctrina-de-parroco-que-participo-en-la-voz/

      a ver si con sus oraciones se seculariza rápido.

  3. Qué gran Arzobispo se ha perdido Madrid en la persona del Excelentísimo y Reverendísimo Don Juan Antonio Martínez Camino.
    Su sola presencia emana cercanía, cariño y tranquilidad para conversar.

  4. Que desastre OSORO. El lo que tiene no estudiar e inventarse títulos.
    ¿De verdad COBO es tan malo? ¿Es cierto eso de que de cura despreciaba la sucesión apostólica?

  5. Eso, eso, ya querríamos ver a Osoro actuando con el mismo «celo» con el que ha actuado contra curas inocentes. Aunque todos sabemos que respecto al padre Damián no hará nada, absolutamente nada

    1. Lo que hará con el Padre Damian será protegerle,ampararle y animarle a que siga propagando sus herejías y guarrerías.

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