El visitador de alegre visita, renuncia aceptada de Osoro, obsesiones papales respaldadas por Elias Royón

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En esta semana nuestro Seminario Metropolitano de Madrid y nuestro Seminario Misionero Redemptoris Mater, junto con otros seminarios de órdenes religiosas y casas de formación en Madrid han tenido la visita apostólica ordenada por el Papa Francisco a todos los Seminarios españoles. De los dos visitadores, ha correspondido realizarla a Monseñor Arturo Eduardo Fajardo, actual obispo de Salto, Uruguay.

Mons. Fajardo ha sido Obispo de la diócesis de San José de Mayo y en la actualidad es Obispo de la diócesis de Salto. Su lema episcopal es “Servidor de la alegría“. Entre la alegría, el cachondeo y la tomadura de pelo, hay diferencias sustanciales.

Esta visita la podríamos calificar, como tomadura de pelo. No porque la Santa Sede no pueda visitar a los Seminarios del mundo entero, sino porque suena a ridículo que para comprobar la implantación de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, tengan que venir dos señores Obispos del fin del mundo a realizarla.

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Hay gente suficiente en España, clérigos o no clérigos, por aquello de no caer en el clericalismo que predica Francisco, capaces de enviar a Roma un informe lo más detallado y veraz posible, de la situación de nuestros Seminarios; tenemos en nuestra Conferencia Episcopal una comisión específica para Clero y Seminarios que podría haber hecho este trabajo, suena más que a visita a inspección de Hacienda, ya que parece que hubiese sospechas de que hay algo mal o que se va a encontrar algo raro, por eso es necesario que vengan dos desconocidos del más allá para informar, ¿de qué?

Pues informarán de lo que les cuenten, ni más ni menos, a no ser que pillen in situ a algún rector con la querida o el querido, para lo que habría que ser muy torpe, sabiendo de tal visita.

Habría sido mucho más fácil, y sobretodo más eclesial, que cada Obispo diocesano, único responsable de su Seminario, hubiese informado al Papa, por medio del Dicasterio o directamente. Conviene recordar que el derecho canónico debe cumplirlo hasta el Papa, y en el artículo 381 dice: “Al obispo diocesano compete en la diócesis que se le ha confiado toda la potestad ordinaria, propia e inmediata que se requiere para el ejercicio de su función pastoral, exceptuadas aquellas causas que por el derecho o por decreto del sumo Pontífice se reserven a la autoridad suprema o a otra autoridad eclesiástica”.

¿Se sospecha de los Obispos diocesanos? ¿Se sospecha de las Conferencias Episcopales? ¿Se sospecha de las Nunciaturas Apostólicas? Tenemos suficiente estructura, que garantizaría verazmente este informe; no había necesidad alguna de traer a dos Obispos del fin del mundo, cuyas dos diócesis, con todos los respetos hacía ellas, no alcanzan a tener ni 60 clérigos, contando diáconos permanentes.

No habrá objetividad en ese informe. Un seminario está anclado en la historia de un país, de una ciudad, en una realidad sociológica e histórica, en una trayectoria formativa que habrá evolucionado o involucionado, en una inquietud vocacional al sacerdocio fundamentalmente del presbítero diocesano, en la vida apostólica de la diócesis, etc … van a hacer informes de diócesis españolas Obispos que no tienen nada que ver con la experiencia que ellos puedan tener en Uruguay, por lo que evidentemente tendrán que informar de lo que a ellos les informen.

Los encargados no tienen culpa, les han hecho Obispos de aeropuerto sin serlo, pero quien lo encargó sí es responsable de que estemos ante una auditoría basada en la sospecha y la desconfianza. Auditoría que pone en cuestión, de forma grave, la “potestas” de los Obispos diocesanos. Auditoría que trata como iguales al Obispo, a los superiores y a los seminaristas, ya que se les escucha por igual.

¿Ya han nombrado visitadores para el Obispo de Roma?, están tardando.

Ayer fue miércoles, de ceniza. Osoro, polvo eres y en polvo te has de convertir. Ya pronto nos sacudiremos el polvo de las sandalias que nos ha dejado el paso por nuestra Archidiócesis del, hasta ahora, peor de sus Arzobispos. De penitencia ya llevamos ocho años y medio, pero se ha dado el primer gran paso que es la certeza de que como comienza diciendo la carta de Nunciatura “ El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral ….”. 40 días, Semana Santa y ya, se acabó, Cristo resucitará verdaderamente y nosotros respiraremos.

Que el Papa tiene obsesiones es evidente, pero tampoco debe escandalizarnos, ya que eso pertenece a la condición humana. Lo que es un escándalo mayúsculo es que aclarar con trasparencia el llamado caso Rupnik, no sea una de sus primeras y principales obsesiones papales. Me parece que ya que está un jesuita implicado sería muy elegante que el Papa jesuita aplicase la tolerancia cero en su propia carne. Y Elias Royó, ¿qué dice?. Porque con D. Manuel González López- Corps ponía el grito en el cielo, y pedía el castigo más ejemplar posible a grito de “tolerancia cero”.

De Rupnik, jesuita, que está pendiente de terminar dos obras artísticas en Madrid, en el CEU y en la Francisco de Vitoria, ¿no dice nada Elías Royón, jesuita y Vicario Episcopal para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Madrid, nombrado por Osoro? Ahora, parece ser que el derecho de la víctima que aplicaba Elias, en el maltratado caso Manuel González López-Corps, no es tal derecho en el caso Rupnik, o no hay que echar ahora tantas vísceras para defender a las víctimas. ¿Considera Elias que se debe desmontar la obra artística de Rupnik de la Sala Capitular y de la Capilla del Santísimo de la Catedral de la Almudena?, o quizá Elias, Osoro y los palmeros ¿creen que la culpa es de Rouco y no de los jesuitas? Tolerancia cero, no, más bien tolerancia a la carta.

Comentarios
5 comentarios en “El visitador de alegre visita, renuncia aceptada de Osoro, obsesiones papales respaldadas por Elias Royón
  1. No cabe duda de que Osoro ha sido un desastre como arzobispo. Todo lo más debió haber llegado a obispo de su Santander natal, donde su conocimiento de la diócesis habría compensado sus limitaciones. En Madrid sus carencias de preparación (sólo bachiller en Teología, nulo conocimiento en Derecho Canónico, seguramente no haya cogido un libro desde los años 70) y de experiencia previa a ser obispo unidas a su total desconocimiento de la diócesis han sido catastróficas. Se ha puesto en manos de un pequeño grupo de amigotes (de la Cuerda, Josito, Ángel Camino, José Cobo y alguno más) que le han llevado por mal camino, y ni siquiera ha logrado ganarse el cariño del clero, que le recibió con los brazos abiertos y ahora le han vuelto la espalda en bloque y añoran a un Rouco a quien antes no tragaban. Solo espero que el sustituto logre enderezar un poco las cosas. Por cierto, ¿alguna noticia sobre quién podría ser el elegido?

  2. Estimados, con todo respeto.
    Pónganse ustedes en los zapatos de ambos Obispos uruguayos y recemos por ellos.
    Les han dado una carga más que pesada, cómo y en qué tiempo se verifica en los Seminarios el cumplimiento de la Ratio que tiene 8 capítulos y 210 artículos, si es que se hace en serio.
    Aplica el dicho clarísimo «de Roma viene lo que a Roma va».
    Ahora qué fue lo que «enviaron a Roma» y quiénes lo hicieron ?.


  3. El pueblo sabio dice de determinadas señoritas que son «de vida alegre».
    Esperemos que no vaya por ahí la alegría de ese «señorito»…

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