Luego saldra Tagle o algún desconocido y todo esto se quedara en nada. Quien seguro que no sale es Sarah o Burke aunque ustedes eso quisieran. La Iglesia va por otros derroteros y no son los que a ustedes les gustaría. Además, ¿qué importa quién sea elegido? Si le pondrán a caldo igualmente.
un despistado que no entiende la cosa, que si burke o sarah salen o no salen como papa eso es absolutamente irrelevante, lo importante es que el que salga como papa resuelva los gravisimos problemas que tiene la iglesia. y sobre los otros derroteros por los que va la iglesia, solo hay que verlos para darse cuenta de ello, iglesias vacias, clero envejecido, religiosos y religiosas tambien envejecidos, seminarios y conventos vacios, gente que abandona masivamente la iglesia como nunca antes, que magnificos derroteros! como para hacer un brindis!
Conozco bien a Zuppi de su época de párroco en Santa Maria una Trastevere y me quedo mil veces con él antes que con algunos burócratas curiales o teólogos desencarnados.
Yo creo que el cardenal Zuppi efectivamente tiene posibilidades, entre otras razones porque tiene detrás al lobby de san Egidio, que ya maniobró en el último precónclave para la elección de Bergoglio. Con gran éxito, según parece. Al tener ahora mismo un colegio cardenalicio tan extremadamente disperso, sin ningún miembro que destaque en nada, y en el que nadie se conoce entre sí, una entidad tentacular como san Egidio se encuentra con el terreno abonado para cabildear todo lo que le dé la gana, si es que le da por ahí.
Coincido en que a primera vista el cardenal de Bolonia no es lo peor que podría salir. Aunque en el pasado ha tenido algún detalle estridente, por ejemplo participando como «testigo moral» en una farsa filoetarra, prologando el libro más sonado de un famoso jesuita pro-homosexualista, presentando la autobiografía del prosoviético ex-abad Franzoni en el Campidoglio de Roma cuando era obispo auxiliar, etc., por lo menos tiene formación, bonhomía, sencillez y habla como una persona de fe. Sería por supuesto un papa absolutamente postconciliar, como no puede ser de otra manera, pero en mi opinión mejor que el jesuita que tenemos ahora. Cosa que tampoco es muy difícil, todo hay que decirlo. Por cierto, monseñor Zuppi es sobrino-nieto del cardenal Confalonieri, al que muchos de ustedes recordarán.
No hay que olvidarse de todos modos del famoso Chito. Conviene no subestimar la vanidad de los cardenales, todos ellos formados en la «cultura del gesto», a la hora de buscar el aplauso de los periodistas («¡el primer papa de Asia!» etc.)
el chino tagle tiene 64 años, su hipotetico pontificado progre podria durar 20 años, y ser mucho peor que este actual pontificado bergogliano, por ende lo mas probable es que los cardenales electores no quieran experimentar con un asiatico trepador, ya que bastante han tenido con haber experimentado con un latinoamericano de baja categoria como bergoglio.
¡Pero qué dice Sr. Fernández!, ¿el menos malo? ¡Por favor!, si Zuppi es Egidiano, es decir, experto en movidas calculadas, pensadas y requetepensadas. ¿Quiénes son los que hacen la diplomacia invisible de Francisco?, ¿no son los Egidianos?, son personas curtidas, no mueven un dedo si de ello no se obtiene algún beneficio, para no decir ventaja, por lo que es de inferir que ese barniz de progresista-soft o progresista tradi-friendly que se está dando el cardenal Zuppi, es una sencilla operación de maquillaje en vistas a un objetivo, ya cuando el objetivo esté alcanzado cantará otro gallo, dicho con palabras más de nosotros los del vulgo, sacará las uñas. ¿A qué punto habremos llegado que estamos pensando en la escogencia del menos malo, en lugar de pensar en escoger a uno santo, o por lo menos decente?
A Zuppi le pasa como a Dolan: la ambición no les cabe en el cuerpo. Harán lo que haga falta (repito: lo que haga falta) para lograr el papado. De los dos, el italiano es más peligroso, por su ambigüedad siniestra y su hipocresía retorcida: está con todos y con nadie, con una cosa y la contraria y con la contraria de las otras dos y, si hay cuatro opciones contradictorias entre sí, estará con las cuatro y no se quedará con ninguna; es como un corcho: no se hunde, flota en todas las aguas. Recuerda, por su forma de ser, al pontífice flordelisado, ahora hecho «santo» (santo al que no tengo idea de encomendarme nunca). Si es elegido papa, firmará encantado la disolución de la Iglesia y, acto seguido, mirará con cara de inocente hacia otro lado y empezará a señalar culpables (eso sí: al «itálico modo», es decir, sin que se note mucho).
Por favor… Eso es de primaria. Coincido con el señor Ramilo Costas en su análisis de la personalidad del susodicho y en su no encomendarse a ciertos Santos.
El que denunció que el humo de Satanás había entrado en la Iglesia y, acto seguido, no hizo nada, absolutamente nada contra él. Se dice que pasó llorando sus últimos años de pontificado. Para mí, lágrimas de cocodrilo y no digo más.
Parolin: Pro PCCH.
Zuppi: Pro Soros.
Ambos, nefastos.
Luego saldra Tagle o algún desconocido y todo esto se quedara en nada. Quien seguro que no sale es Sarah o Burke aunque ustedes eso quisieran. La Iglesia va por otros derroteros y no son los que a ustedes les gustaría. Además, ¿qué importa quién sea elegido? Si le pondrán a caldo igualmente.
un despistado que no entiende la cosa, que si burke o sarah salen o no salen como papa eso es absolutamente irrelevante, lo importante es que el que salga como papa resuelva los gravisimos problemas que tiene la iglesia. y sobre los otros derroteros por los que va la iglesia, solo hay que verlos para darse cuenta de ello, iglesias vacias, clero envejecido, religiosos y religiosas tambien envejecidos, seminarios y conventos vacios, gente que abandona masivamente la iglesia como nunca antes, que magnificos derroteros! como para hacer un brindis!
Conozco bien a Zuppi de su época de párroco en Santa Maria una Trastevere y me quedo mil veces con él antes que con algunos burócratas curiales o teólogos desencarnados.
Yo creo que el cardenal Zuppi efectivamente tiene posibilidades, entre otras razones porque tiene detrás al lobby de san Egidio, que ya maniobró en el último precónclave para la elección de Bergoglio. Con gran éxito, según parece. Al tener ahora mismo un colegio cardenalicio tan extremadamente disperso, sin ningún miembro que destaque en nada, y en el que nadie se conoce entre sí, una entidad tentacular como san Egidio se encuentra con el terreno abonado para cabildear todo lo que le dé la gana, si es que le da por ahí.
Coincido en que a primera vista el cardenal de Bolonia no es lo peor que podría salir. Aunque en el pasado ha tenido algún detalle estridente, por ejemplo participando como «testigo moral» en una farsa filoetarra, prologando el libro más sonado de un famoso jesuita pro-homosexualista, presentando la autobiografía del prosoviético ex-abad Franzoni en el Campidoglio de Roma cuando era obispo auxiliar, etc., por lo menos tiene formación, bonhomía, sencillez y habla como una persona de fe. Sería por supuesto un papa absolutamente postconciliar, como no puede ser de otra manera, pero en mi opinión mejor que el jesuita que tenemos ahora. Cosa que tampoco es muy difícil, todo hay que decirlo. Por cierto, monseñor Zuppi es sobrino-nieto del cardenal Confalonieri, al que muchos de ustedes recordarán.
No hay que olvidarse de todos modos del famoso Chito. Conviene no subestimar la vanidad de los cardenales, todos ellos formados en la «cultura del gesto», a la hora de buscar el aplauso de los periodistas («¡el primer papa de Asia!» etc.)
el chino tagle tiene 64 años, su hipotetico pontificado progre podria durar 20 años, y ser mucho peor que este actual pontificado bergogliano, por ende lo mas probable es que los cardenales electores no quieran experimentar con un asiatico trepador, ya que bastante han tenido con haber experimentado con un latinoamericano de baja categoria como bergoglio.
https://dibujoheraldico.blogspot.com/2013/05/paulus-pp-vi.html
¡Pero qué dice Sr. Fernández!, ¿el menos malo? ¡Por favor!, si Zuppi es Egidiano, es decir, experto en movidas calculadas, pensadas y requetepensadas. ¿Quiénes son los que hacen la diplomacia invisible de Francisco?, ¿no son los Egidianos?, son personas curtidas, no mueven un dedo si de ello no se obtiene algún beneficio, para no decir ventaja, por lo que es de inferir que ese barniz de progresista-soft o progresista tradi-friendly que se está dando el cardenal Zuppi, es una sencilla operación de maquillaje en vistas a un objetivo, ya cuando el objetivo esté alcanzado cantará otro gallo, dicho con palabras más de nosotros los del vulgo, sacará las uñas. ¿A qué punto habremos llegado que estamos pensando en la escogencia del menos malo, en lugar de pensar en escoger a uno santo, o por lo menos decente?
Zuppi, mil veces antes que Parolin.
¿ Parolin candidato al Papado? No sé, no lo veo. Demasiados asuntos oscuros que le pueden salpicar. Lo veo como gran elector, pero no como papabile.
A Zuppi le pasa como a Dolan: la ambición no les cabe en el cuerpo. Harán lo que haga falta (repito: lo que haga falta) para lograr el papado. De los dos, el italiano es más peligroso, por su ambigüedad siniestra y su hipocresía retorcida: está con todos y con nadie, con una cosa y la contraria y con la contraria de las otras dos y, si hay cuatro opciones contradictorias entre sí, estará con las cuatro y no se quedará con ninguna; es como un corcho: no se hunde, flota en todas las aguas. Recuerda, por su forma de ser, al pontífice flordelisado, ahora hecho «santo» (santo al que no tengo idea de encomendarme nunca). Si es elegido papa, firmará encantado la disolución de la Iglesia y, acto seguido, mirará con cara de inocente hacia otro lado y empezará a señalar culpables (eso sí: al «itálico modo», es decir, sin que se note mucho).
Quien es el pontifice flordelisado??
Por favor… Eso es de primaria. Coincido con el señor Ramilo Costas en su análisis de la personalidad del susodicho y en su no encomendarse a ciertos Santos.
El Papa que en su escudo llevaba la flor de lis.
El que denunció que el humo de Satanás había entrado en la Iglesia y, acto seguido, no hizo nada, absolutamente nada contra él. Se dice que pasó llorando sus últimos años de pontificado. Para mí, lágrimas de cocodrilo y no digo más.